La pensión de incapacidad permanente absoluta inhabilita al trabajador para realizar cualquier profesión u oficio. No obstante, la Seguridad Social aclara que es posible cobrar esta pensión y llevar a cabo una determinada actividad laboral, aunque deberá contar con la supervisión del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Una pensión de incapacidad permanente absoluta puede derivar de accidente de trabajo, accidente no laboral, enfermedad profesional o enfermedad común. En caso de que la contingencia sea una enfermedad común, el INSS puede solicitar que el trabajador cumpla una serie de requisitos de cotización previos para tener derecho a una pensión de incapacidad.
Por otra parte, la pensión de incapacidad permanente absoluta tiene una cuantía mensual equivalente al 100% de la base reguladora. Solo existe un grado de incapacidad superior, que es la Gran Invalidez. En este caso, con la Gran Invalidez también corresponde un importe del 100% de la base reguladora, aunque también se añade un plus económico debido a que la persona beneficiaria necesita la ayuda de terceras personas para realizar las acciones básicas del día a día.
Ventajas de la incapacidad permanente absoluta
Hay que partir de la base de que recibir una pensión de incapacidad permanente absoluta no es una situación agradable para ninguna persona, puesto que implica tener alguna dolencia, enfermedad o secuela que le impide a la persona desarrollar cualquier actividad laboral. No obstante, recibir una pensión de incapacidad permanente absoluta también tiene ciertas ventajas:
- No es necesario trabajar y se recibe una pensión económica del 100% de la base reguladora del ciudadano.
- La persona beneficiaria puede acceder de forma gratuita a los medicamentos con receta en la farmacia. Si bien, este requisito sólo se aplica a pensionistas con rentas inferiores a 5.635 euros anuales o menores de 11.200 euros si no están obligados a presentar la Declaración de la Renta.
- Los expertos de ‘CampmanyAbogados‘ explican que la pensión por incapacidad permanente absoluta no descuenta el IRPF.
Respecto a la Declaración de la Renta, el mínimo personal y familiar aumenta en 3.000 euros. Se trata de la cantidad mínima que no se somete a impuestos. En 2022, el mínimo para beneficiarios de incapacidad permanente absoluta asciende hasta 8.550 euros. Es otra de las ventajas de percibir una pensión de estas características.
Grado de discapacidad necesario
En la actualidad, cobrar una pensión de incapacidad permanente absoluta no conlleva tener reconocido un grado de discapacidad del 33% de manera automática. Esto es algo que sí ocurría anteriormente. Si bien, desde ‘CampmanyAbogados‘ matizan que «solo se otorga automáticamente un 33% de discapacidad de cara a las ventajas en la Declaración de la Renta que hemos destacado en el punto anterior».
Así, los expertos en la materia avisan de que esta situación podría cambiar próximamente. Es decir, que los pensionistas de incapacidad permanente volverán a recibir de manera automática el certificado de discapacidad del 33%. En cualquier caso, una persona beneficiaria de una pensión de incapacidad permanente absoluta tendrá altas probabilidades de conseguir un certificado de discapacidad del 33%, en función de su situación.