El Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (HUMV) se ha marcado un objetivo. Quiere ser el primer centro español que incorpore a su cartera de servicios la implantación de los exoesqueletos pediátricos.
Para ello va a contar con el apoyo de la Consejería de Sanidad, que «pondrá todo su empeño» para lograrlo. Y es que este producto acaba de ser autorizado por la Agencia Europea del Medicamento.
Así se lo ha comunicado el titular de Sanidad, Miguel Rodríguez, a Elena García Armada, fundadora y presidenta de Marsi-Bionics, un centro mixto de automática y robótica creado en el seno del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica de Madrid.
García Armada que, además de ser cántabra, recibirá en Potes el premio Beato de Liébana 2021 en la categoría de Cohesión Internacional precisamente por este hito.
El dispositivo será producido solamente en España
El exoesqueletos pediátricos es único en el mundo y será producido solamente en España. Con esto mejorará la calidad de vida de más 17 millones de menores con enfermedades neurológicas que hasta ahora les impedían andar como la parálisis cerebral o la atrofia muscular espinal (AME). En España se estima que podría beneficiar a 120.000 pequeños con estas patologías, según ha detallado Sanidad en un comunicado.
García Armada ha explicado cómo «esta revolucionaria tecnología» supone un antes y un después en la vida de estos niños y de sus familias. «Mejoran sustancialmente su esperanza de vida y consiguen una mayor eficacia en sus tratamientos».
Por eso, el consejero le ha asegurado que Cantabria se podrá «de inmediato» a trabajar para agilizar los trámites que permitan incorporar los exoesqueletos pediátricos en el sistema público de salud.
Al igual que se hace con todos los avances en salud que mejoran la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. Mucho más si están dirigido a la población infantil.
Una tecnología que «da vida»
Ambos han coincido en señalar que esta innovación «da vida» porque el impacto en los niños es «total». Los menores con estas enfermedades neurológicas estaban hasta ahora condenados a una discapacidad física de por vida, frenando su socialización y su desarrollo físico y personal. Muchas de ellas, además, son degenerativas, lo que condiciona su esperanza de vida.
El exoesqueleto tiene un «gran impacto» en su mejoría física. Y es que trabaja la musculatura, reforzándola, no solo en las piernas sino en el tronco «esencial para mantener la columna vertebral recta». Además, evita las complicaciones de la sedestación permanente, que, incluso, afectan al sistema respiratorio.
Desde el punto de vista emocional, ha relatado la investigadora, ver la expresión de un niño al conseguir algo tan consustancial al ser humano como ponerse de pie o caminar «por primera vez» es impagable.
Este dispositivo sanitario con fin terapéutico ha tardado ocho años en perfeccionarse. Pero no ha sido hasta hace poco cuando ha obtenido el marcado CE. Además, este producto ayuda a los niños a realizar un ejercicio físico de rehabilitación que «impacta directamente en la mejora de sus principales problemas de salud».
La tecnología de los exoesqueletos pediátricos también se puede aplicar en adultos. Además según un estudio, se estima que podría beneficiar a unos 40 millones de personas en todo el mundo.