Una bonita y trágica historia de amor. En junio de 1967, Curtis y Betty Tarpley se casaban en Estados Unidos. Años atrás, cuando eran alumnos de la escuela de secundaria de Illinois, se conocieron y se enamoraron.
Esta bonita historia de amor ha tenido un final trágico y, es que, ambos han fallecido cogidos de la mano por Coronavirus, con tan solo un minuto de diferencia en el hospital de Texas.
Tal y como informa la CNN, Betty, de 80 años, ingresó el 9 de junio en el hospital. Ella llevaba varios días enferma, por lo que sus hijos decidieron llevarles al Hospital Metodista Harris Health Texas Fort Worth.
Dos días más tarde, su pareja, de 79 años, ingresaba también. Sin embargo, Curtis comenzó a mejorar. De hecho, las enfermeras del centro le llevaban a visitar a su esposa, la cual empeoraba su salud por momentos.
Los médicos aviso a los hijos de la pareja para anunciarles que a Betty le quedaba poco tiempo. Uno de sus hijos declaró en CNN: «Solo grité «¡No!». Y pensé: «Tengo muchas otras cosas que hacer en esta vida que quiero mostrarles y no estoy listo».
Una muerte juntos
Tras conocer el estado en el que se encontraba su mujer, los niveles de oxígeno de Curtis se desplomaron. «Realmente siento que a él le gustaba luchar porque se suponía que debía hacerlo», decía uno de sus hijos.
Cuando se encontraban en sus últimas horas de vida, uno de sus hijos pidió a una enfermera que organizará un encuentro entre ambos. Fue entonces cuando Blake Throne, enfermera de la UCI del citado hospital, traslado a Betty donde estaba Curtis y ambos estuvieron juntos.
«Sus ojos se abrieron y sus cejas se alzaron», señaló la empleada. «Sabía lo que decíamos. Sabía que ella estaba allí». Y aunque no contaba con fuerzas suficientes para mirar a su compañera de vida, el equipo médico puso la mano de Betty sobre el brazo de Curtis para que pudiera sentirla.
«Sinceramente, creo que estaban tan incapacitados que todo lo que podían hacer era hablar con sus almas o algo así, un lenguaje especial no hablado», aseguró su hijo.