La tripofobia es un tipo de fobia que consiste en el miedo a observar figuras geométricas que se encuentran de forma repetitiva, sobre todo cuando se trata de círculos, huecos o agujeros en una superficie determinada.
Ahora bien, como toda fobia, este miedo puede ser tratado por un especialista en la materia y puede ser curado siempre y cuando se utilícese el tratamiento adecuado y se aplique de la forma correcta.
En la actualidad pueden tratarse la tripofobia con dos métodos diferentes o con una combinación de ambos, estos consisten en terapias psicológicas y el suministro de medicamentos que ayuden a aliviar alguno de los síntomas.
¿Cuál es el tratamiento más efectivo?
Una de las formas más efectivas y comunes de tratar la tripofobia es exponiendo gradualmente al paciente a los estímulos que le producen fobia, iniciando con la exposición de imágenes y patrones progresivamente, con la intensión de que la persona pueda identificar los síntomas y con la ayuda de algunas técnicas desarrolle la capacidad de reducir la ansiedad y otros efectos de dicho miedo.
Por otro lado, existe otro tipo de terapia que resulta ser bastante efectiva, esta se conoce como “terapia cognitivo conductual”, la cual consiste en generar un cambio en la forma de pensar del paciente con respecto a su fobia.
Para esta terapia se busca que la persona haga una reflexión y converse de manera libre sobre el problema, muchas veces esta terapia también necesita de una exposición gradual para ir controlando los síntomas.
¿En qué consiste el tratamiento con fármacos?
Cuando el especialista lo cree necesario, el paciente puede comenzar a ingerir una serie de medicamentos que tiene como finalidad el control de los síntomas.
Dentro de dichos medicamentos se incluyen los antidepresivos, tranquilizantes o incluso los beta bloqueadores.
Ahora bien, el uso de medicamentos suele ser aplicado por lo general cuando se trata una fobia bastante grave, la cual no se logra disminuir o controlar mediante terapias.
Por otro lado, existen muchas otras actividades que sin duda contribuyen a que los tratamientos aplicados tengan una mayor eficacia, dentro de ellas podemos mencionar las distintas técnicas de relajación o incluso rutinas de artes marciales o yoga, ya que este tipo de ejercicios ayudan de manera eficaz a reducir la ansiedad y disminuir el riesgo de sufrir ataques de pánico.
¿Quiénes debe aplicar estos tratamientos?
Aunque puedan existir orientadores o coach que pueden prometer una ayuda para erradicar este problema, lo ideal es que el tratamiento se lleve a cabo por un psicólogo o por un psiquiatra, sobre todo cuando se incluye el suministro de medicamentos.
Pero además de esto, debemos asegurarnos de que el psicólogo o psiquiatra cuente con cierta experiencia en el manejo e fobias, ya que incluso un profesional que no cuente con la experiencia suficiente podría cometer errores que terminen agravando el problema.
¿Cómo saber si tengo esta fobia?
Lo ideal es acudir a consulta con un psicólogo o psiquiatra, sin embargo, la manera más clara de saber si somos una persona tripofobica es prestando atención a los síntomas que pueden aparecer si observamos imágenes como las que mencionamos antes.
Dentro de los síntomas más comunes están los escalofríos, temblores, comezón, taquicardia, hormigueo, asco, llanto, sudoración, náuseas y malestar general.
En casos más graves pueden aparecer ataques de pánico.