El testamento digital es un tipo de testamento moderno, ya que se ha implantado en la sociedad a partir de la llegada de Internet y la evolución de las nuevas tecnologías. En este sentido, presenta importantes diferencias con el testamento tradicional.
Actualmente, resulta difícil imaginar nuestra vida sin el uso de Internet o las nuevas tecnologías. Son elementos que juegan un papel clave en la vida personal y profesional de cualquier persona.
Así, toda persona cuenta con una importante información digital. Es decir, información asociada a plataformas, redes sociales…etc. Por tanto, una persona también puede legar toda esta información digital personal a unos determinados herederos.
TESTAMENTO DIGITAL
El testamento digital se encuentra regulado en el artículo 96 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales.
Desde ‘Legálitas’ explican que «el testamento digital se refiere al elenco de legitimados que pueden dirigirse a los prestadores de servicios de la sociedad de la información para solicitar el acceso a los contenidos digitales del causante e impartirles las instrucciones que estimen oportunas sobre su utilización, destino o supresión».
Cualquier persona física puede hacer un testamento digital en vida. Para ello, debe acudir a una notaría y solicitar la emisión de este tipo de documento. En cualquier caso, será necesario seguir un procedimiento específico.
En primer lugar, resulta necesario recopilar toda la información relacionada con la actividad de la persona en Internet. Nos referimos a nombres de usuarios y contraseñas en servicios online, páginas webs o redes sociales.
Seguidamente, el usuario tendrá que describir en el correspondiente documento la voluntad sobre su legado digital. Además, deberá nombrar a un albacea digital para que cumpla con su voluntad tras su fallecimiento. Igualmente, el documento digital debe revisarse y firmarse ante notario para que goce de legalidad.
¿QUIÉN HEREDA?
La información digital de una persona cada vez gana más importancia con el paso de los años, especialmente, por la relación que existe entre el usuario y los servicios de Internet.
Por ello, cada vez se hace más recomendable la realización de un testamento digital, con el objetivo de salvaguardar la información digital y que pasea manos de personas de confianza.
Sin embargo, los profesionales de ‘Legálitas’ aclaran lo siguiente: «Internet y las redes sociales son globales, pero las normas que regulan el testamento digital son, por el momento, normas que se aplican dentro de un territorio nacional. No existen tratados o normas de carácter internacional que faciliten a las personas legitimadas que lo dispuesto por el causante sea cumplido por compañías cuya sede social se encuentra en otras jurisdicciones».
Es decir, aún no existe una normativa específica que regule el testamento digital. Por tanto, no es seguro que los herederos no vayan a encontrar dificultades a la hora de acceder a lo dispuesto en el documento por parte del testador.
Por lo general, existen dos tipos de testamentos digitales. Uno de ellos es el testamento electrónico de emergencia, que permite que las personas herederas puedan acceder a las cuentas con información relevante. Es decir, cuentas bancarias online, correo electrónico o archivo de fotos y vídeos.
También existe el testamento electrónico detallado. En este caso, se trata de un documento que incorpora la información de cuentas bancarias y productos financieros; así como contenido en la nube, memorias, correos electrónicos, contraseñas o redes sociales, entre otros elementos importantes.