El Institut Guttmann y el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo han realizado un trabajo cooperativo para unir estadísticas relacionadas con la lesión medular. En este sentido, en 2021 han sido 915 personas las que han tenido una nueva lesión medular.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) definen la lesión medular como los daños sufridos en la médula espinal a consecuencia de un traumatismo (por ejemplo, un accidente de coche) o de una enfermedad o degeneración (por ejemplo, el cáncer).
La organización ASPAYM recoge en un comunicado que las caídas fortuitas y los accidentes de moto encabezan los datos en nuevas lesiones medulares traumáticas en 2021. Así lo recoge los registros de los dos centros médicos de referencia del país, el Institut Guttmann y el Hospital Nacional de Parapléjicos. Con todo, las lesiones no traumáticas son mayoría con respecto a las traumáticas.
La estadística sobre personas con lesiones medulares apunta a que hay un total de 915 pacientes que se suman a esta nueva lista, siendo contabilizados 657 en el Institut Guttmann, por los los 258 del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.
Aumentan en número de lesiones medulares derivadas de tentativas fallidas de suicidio
Como ya hemos indicado en otros artículos de TodoDisca, la pandemia del Covid-19 no ha afectado solo a la salud de nuestro cuerpo, sino que también ha provocado una pandemia de salud mental. Es por ello, que los intentos de autolíticos han aumentado.
En este sentido, muchas tentativas fallidas de suicidio han derivado en lesión medular. El Hospital Nacional de Parapléjicos registró 13 entradas en el centro por esta causa en 2021, 3 más que el Institut Guttmann.
Desde el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo dicen que «preocupa el progresivo aumento de ingresos por intento de suicidio».
En ese sentido apoyan explícitamente «su investigación y prevención», identificando a los «grupos vulnerables» y promoviendo «factores ambientales e individuales protectores». Además, defienden incrementar la sensibilización mediante la educación o la difusión en medios de comunicación.
Asimismo, destaca que «los datos resultan preocupantes. La soledad no deseada es uno de los grandes factores de riesgo del suicidio. Además, este se incrementa en las personas con discapacidad».
De esta manera, urge medidas para animar a la gente a buscar ayuda cuando la necesita, desestigmatizar la patología, pero también para que «se conozcan las herramientas que están al alcance de todas las personas».