Una hipoteca es un producto financiero por el que una entidad bancaria concede un préstamo a una o varias personas para, generalmente, la adquisición de una nueva vivienda. Posteriormente, la parte contratante debe devolver el préstamo a través de cuotas mensuales con intereses acordados entre ambas partes.
En este sentido, existen diferentes tipos de interés a la hora de contratar una hipoteca. Podemos encontrar una hipoteca de interés fijo, que no varía con el tiempo sobre el pacto inicialmente con la entidad bancaria. Ofrece regularidad y estabilidad sobre la cuota a pagar
Por su parte, también existe el tipo de interés variable en la hipoteca. Tal y como su propio nombre indica, este interés puede subir o bajar a lo largo de todo el periodo de devolución del préstamo hipotecario, dependiendo de determinados factores, como el euríbor.
Los profesionales de ‘Bankinter‘ definen el euríbor como «tipo de interés interbancario para depósitos en euros que entró en vigor el 1 de enero de 1999. Utilizado comúnmente como tipo de referencia para préstamos con interés variable. La agencia Reuters se encarga de calcularlo con los precios de oferta de préstamos de los principales bancos europeos y también lo publica. En España se anuncia públicamente en el Boletín Oficial del Estado».
Subrogación y novación
Debido a que el euríbor fluctúa de forma regular, existe la posibilidad de realizar una estimación previa de cómo variará en los próximos meses. Esto es algo interesante de cara a las posibles revisiones de la cuota de hipoteca con la entidad bancaria que corresponda.
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Así, la parte contratante puede realizar algunos cambios interesantes, como la subrogación o renegociación (también conocida como novación). La renegociación consiste en pactar un diferencial más bajo o pasar de un tipo variable a fijo.
Por su parte, la subrogación de una hipoteca consiste en trasladar la misma a otra entidad bancaria. Este traslado suele estar marcado por una complejidad y una serie de condiciones firmadas inicialmente en el documento de inicio.
¿Qué es más recomendable en la hipoteca?
Para llevar a cabo una modificación en la hipoteca es necesario analizar diferentes parámetros. Por ejemplo, cuántos años quedan por pagar de dicha hipoteca, el tipo de interés fijado inicialmente o previsiones de fluctuación del euríbor.
Por norma general, la renegociación es un proceso más sencillo que la subrogación en cuanto a la hipoteca se refiere. Sin embargo, estas modificaciones en la hipoteca pueden conllevar una serie de gastos para la entidad bancaria, por lo que tampoco supone un procedimiento sencillo.
Pasar la hipoteca a otra entidad bancaria conlleva una mejora de la nueva entidad en las condiciones del préstamo hipotecario, como un cambio en el tipo de interés o reducción del diferencial. De lo contrario, la entidad bancaria original tiene derecho a negarse a la subrogación planteada.
Algunos aspectos que hay que tener en cuenta que caso de opta por la subrogación de la hipoteca es que el cliente debe afrontar los gastos de notaría, registro y gestoría. No obstante, puede ser que la nueva entidad bancaria se ofrezca a pagar esos gastos con la finalidad de captar un nuevo cliente.
En cualquier caso, el cliente debe hacer frente a una nueva tasación de la vivienda y la comisión de subrogación que sí solicitará la nueva entidad.