Es la hipoteca un gasto que va modulándose con el tiempo. Hablamos de una de las inversiones más importantes que existen en la actualidad, donde intentamos sacar las mejores condiciones para la casa en la que vivimos. También pueden cambiar su precio o su forma de pagarla las necesidades que tengamos en cualquier momento: por ejemplo, que una familia necesite ahorrar por algo en concreto, y para ello la hipoteca te puede ofrecer una serie de ventajas con las que poder hacerlo.
Porque hay frentes que nunca se esperan pero pueden hacer acto de presencia en cualquier momento, obligándonos a frenar el abono de cuotas de nuestra hipoteca a otro ritmo menos elevado. ¿Sabías que en estos casos lo que se puede hacer es una amortización de la hipoteca a nuestra entidad bancaria? ¿Sabes de lo que se trata? Pues en este artículo vamos a explicarlo para contar además que supone una subrogación y una ampliación de la misma hipoteca.
¿Qué significa ampliar el tiempo de amortización de la hipoteca?
Cuando nos referimos a que queremos alargar el tiempo de amortización de nuestra hipoteca, lo que le decimos a nuestra entidad financiera es que nos ofrezca más tiempo con el que poder devolver un dinero que ha sido previamente prestado con el fin precisamente de abonar la hipoteca.
¿Qué ocurre? Que en estos casos nuestro banco suele analizar si el usuario será capaz de terminar la hipoteca, examinar ese riesgo, por más que se aumente el período de amortización. No siempre nos tienen que decir que sí, claro, así que debemos tener siempre claro que la entidad bancaria intentará siempre salvaguardar sus intereses para cobrar íntegramente toda la hipoteca que reste.
¿Qué pasa si el banco me niega la ampliación de amortización de la hipoteca?
En el caso de que la entidad financiera se niegue a conceder dicha ampliación de la amortización de la hipoteca, siempre hay posibilidad de cambiar la hipoteca a otro cambio que sí nos permita un período de amortización más amplio gracias a una subrogación por cambio de acreedor. Lo que se hace es seguir pagándose el préstamo con un plazo de devolución más amplio.
Ahora bien, aquí entra en el quid de la cuestión el factor de la edad, ya que en muchos bancos exigen que el titular de la hipoteca no sobrepase los 75 años antes de devolver todo el dinero. Por lo que si tenemos 61 años y nos quedan 10 por pagar, será muy difícil que nos concedan la ampliación. Por lo que toda previsión es poca para conseguir una ampliación de la hipoteca con la entidad pertinente.