La reforma de pensiones de José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, recoge una subida de las cuantías de las pensiones no contributivas de jubilación. Igualmente, las pensiones mínimas contributivas también aumentarán de manera progresiva en los próximos años.
Las pensiones no contributivas de jubilación presentan características muy dispares con respecto a las pensiones contributivas. Entre otras cosas, la gestión de las pensiones no contributivas recae en el IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales).
Una de las ventajas de las pensiones no contributivas de jubilación es que se pueden cobrar sin haber cotizado nunca a la Seguridad Social. En este sentido, están configuradas para los ciudadanos que no cumplen los requisitos de cotización necesarios para cobrar una pensión contributiva de jubilación.
Revalorización de las pensiones no contributivas
Desde el IMSERSO señalan que «la pensión no contributiva de jubilación asegura a todos los ciudadanos mayores de 65 años y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva».
Así, las pensiones no contributivas de jubilación se revalorizan cada año en función del IPC (Índice de Precios al Consumo) interanual del año anterior. No obstante, el Gobierno de España tiene capacidad para establecer un porcentaje de subida que considere conveniente.
En este año 2023, debido a la inflación de precios, el Ejecutivo Central aprobó una revalorización del 15% en las cuantías de las pensiones no contributivas, con respecto a las cuantías iniciales del año 2022.
Con todo ello, el importe mensual de la pensión no contributiva de jubilación en 2023 es de 6.784,54 euros al año, que devengada en 14 pagas supone una cantidad mensual de 484,61 euros.
Subida de las pensiones no contributivas de jubilación
Desde la Seguridad Social argumentan que la reforma de pensiones recoge un aumento en las pensiones mínimas contributivas «inspirada en la evolución del salario mínimo, con una senda de convergencia para que suban un porcentaje adicional a la revalorización anual ligada al IPC hasta converger con el 60% de la renta mediana de un hogar con dos adultos en 2027 (tomando como referencia la pensión mínima con cónyuge a cargo)».
En el caso de las pensiones no contributivas de jubilación, también se fija un procedimiento similar al aumento de las pensiones mínimas contributivas. Así, las pensiones no contributivas de jubilación irán en aumento hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de pobreza calculado para un hogar unipersonal.
Por tanto, los beneficiarios de una pensión no contributiva de jubilación disfrutarán de importantes subidas hasta el año 2027, tal y como recoge la Seguridad Social en la reforma de pensiones vigente.
En cualquier caso, es necesario tener en cuenta que las pensiones no contributivas presentan una cuantía muy inferior a las pensiones contributivas de jubilación. Esto responde, entre otras cuestiones, a que los requisitos de percepción son mucho menos exigentes en el caso de las pensiones no contributivas de jubilación que gestiona el IMSERSO.