Realizar un testamento no es un acto obligatorio. De hecho, la ley recoge el modo de proceder en el caso de que el causante no haya dejado este documento. No obstante, realizar el testamento tiene dos objetivos fundamentales: Evitar conflictos futuros entre familiares y que el testador pueda disponer de forma concienciada su voluntad acerca del reparto de su herencia.
Si lo piensas detenidamente, no son motivos baladíes. El reparto de la herencia es un tema que rompe muchas familias por desacuerdos en la misma. Sin embargo, si existe un testamento, la voluntad del testador es clara y ahí, cabe menos espacio al conflicto. Además, de este modo el testador podrá proteger o beneficiar a sus herederos según crea que es necesario.
No obstante, para que el testamento sea eficiente y cumpla su misión, debe ser lo más explícito posible. Pues en ocasiones, en este documento se dispone lo básico, es decir, quienes son los herederos, y que cumpliendo la legítima, se reparta todo a partes iguales. Un hecho que no dista en absoluto lo dispuesto por la ley.
Por este motivo, en primer lugar es importante acudir a un experto es sucesiones a la hora de realizar un testamento. En segundo lugar, es fundamental tener claro cómo queremos hacer ese reparto, siempre que se ajuste a la ley. Una opción interesante en este sentido, es hacer un testamento solo con legados.
¿Se puede hacer un testamento solo con legados?
Efectivamente, se puede hacer un testamento solo de legados. Esto significa, que el testador dispondrá en su testamento de todos sus bienes, derechos y obligaciones, e indicará a quien pertenece cada cosa. Es decir, adjudicará cada bien concreto al heredero que determine. Con lo cual, quedará un documento tan claro, que será difícil que haya conflicto por desacuerdo entre familiares. Pues estos podrán no compartir los deseos del causante, pero deberán respetarlos.
No obstante, debemos tener en cuenta que para que en un testamento en el que el testador reparte todos sus bienes en legados sea válido, este debe respetar las legítimas. Cabe recordar, que la ley sobre sucesiones marca las pautas sobre cómo debe ser el reparto de la herencia y por tanto, lo expuesto en un testamento. Esto significa, que el testador no es absolutamente libre a la hora de repartir sus bienes y elegir a sus herederos. De hecho, el reparto debe distribuirse de la siguiente manera:
- Legítima. Es la porción de herencia que debe repartirse de manera obligatoria a partes iguales entre los herederos forzosos. Estos son, los que establece la ley.
- Tercio de mejora. Esta parte de la herencia está destinada a mejorar la legítima de uno o varios herederos forzosos.
- Libre disposición. Esta es la única porción de la herencia que el testador puede repartir y adjudicar libremente a quien considere oportuno.
Por tanto, un testamento puede disponer de un reparto hecho solo de legados, siempre que respete la legítima. De no ser así, los legados serán inoficiosos en la parte que sea necesaria para que se cumplan las legítimas. Esto significa, que habrá que reducirlos hasta la cuantía de la legítima.
El testamento perfecto
Si el testamento respeta las legítimas repartiendo todos los bienes en legados, será el testamento que menos problemas de a los herederos a la hora de partir la herencia, tanto desde el punto de vista económico como personal. Cabe destacar, que el testamento en el que se hace legados a los herederos, estos legados se denominan pre legados.