Sara Andrés Barrio, medallista paralímpica y profesora de Educación Primaria, perdió sus dos piernas en un terrible accidente de tráfico en el año 2011. Entrena seis días a la semana en la ciudad donde reside actualmente, Madrid. “Tres o cuatro días solemos hacer sesiones en pista y otros tres, en cambio, gimnasio”. Hace salidas, saltos al foso, series (algunas cortas y otras “simulando la competición”). De todo un poco.
“Antes, solía salir a correr de vez en cuando, aunque como amateur. Participé en alguna carrera popular, pero nada del otro mundo. No me lo tomaba muy en serio. El deporte, eso sí, siempre me ha gustado y llegué a hacer tenis, kárate…”, narra esta mujer de 32 años que vive en Las Rozas. “Fue después del accidente, en 2015, cuando empecé con el atletismo”. ¿Qué la llevó a hacerlo? “Mi idea era aprender a correr. Ya había vuelto a andar [pasó nueve meses en silla de ruedas], pero para practicar cualquier deporte tenía que ser rápida y correr. Y el atletismo me enganchó”.
Poco después de comenzar con este deporte, le detectaron numerosas patologías que, al contrario de frenarla, la impulsaron para seguir hacia adelante y conseguir superarlas. “Me ha permitido viajar, conocer a mucha gente interesante, ver que puedo mejorar y, sobre todo, plantearme retos personales que veo que puedo ir cumpliendo”. En 2016, ya acudió a los Juegos Paralímpicos de Río, donde fue diploma olímpico en los 400 metros y se quedó muy cerca de pasar a la final en los 200 metros. “Un año después, en el Mundial de Londres, conseguí dos medallas de bronce: una en 200 y otra en 400”.
A ella le cambió la vida completamente este deporte, y la ayudó a superar sus numerosas adversidades. Ahora, Sara escribe cuentos e ilustra para niños con discapacidad, con la idea de poder transmitirles a estos niños su forma de ver el mundo y de salir adelante.
«Cinco niños nos presentan sus peculiaridades, gustos y aficiones de forma sencilla. Poco a poco se van descubriendo sus diferentes facetas, ya que todos ellos tienen algún tipo de discapacidad: física, visual, parálisis cerebral… Estos maravillosos personajes enseñan cómo viven con la discapacidad y cómo esta, en muchos casos, se convierte en una supercapacidad. Es necesario normalizar lo que es normal y, por qué no, que estos personajes se conviertan en iconos para sus lectores, rompiendo estereotipos y disfrutando simplemente de sus historias”, enuncia la atleta.