Realizar un testamento en vida ofrece numerosas ventajas para el testador y para sus futuros herederos a la hora de repartir la herencia. Se trata de un documento oficial que permite a cualquier persona expresar sus últimas voluntades y dejar por escrito cómo desea que se repartan sus bienes tras su fallecimiento.
Concretamente, el Código Civil en su artículo 667 define el testamento como «acto por el cual una persona dispone para después de su muerte de todos sus bienes o parte de ellos”. Es decir, gracias a este documento oficial una persona puede decidir el futuro de sus bienes tras su fallecimiento, la forma de reparto y las personas destinatarias.
Por una parte, es necesario hablar de los herederos universales, que son aquellos que suceden al testador en todos sus bienes, derechos y obligaciones. Y por otro lado encontramos a los herederos legatarios, que son aquellos a los que le corresponde un bien o un derecho concreto de la herencia.
Requisitos personales del testamento
Hay que tener en cuenta que no cualquier persona puede realizar un testamento. Para que se produzca la emisión de este documento oficial es necesario cumplir una serie de requisitos personales y formales. Entre los requisitos personales se encuentran los requisitos de capacidad y respeto a las legítimas.
El artículo 662 del Código Civil recoge que «pueden testar todos aquellos a quienes la Ley no lo prohíba expresamente”. En este sentido, tendrán derecho a hacer un testamento todas las personas mayores de 14 años que se encuentren en plenas facultades mentales en el momento de realizar la acción de testar.
Para determinar si una persona se encuentra en plenas facultades mentales se le realiza un juicio de capacidad. Así, es responsabilidad del notario evaluar si la persona testadora cuenta con sus plenas facultades para ello. «Si el notario albergara dudas sobre la capacidad del testador, establece el Código Civil en su artículo 665, la posibilidad de nombrar dos facultativos para que previamente reconozcan al testador y realicen un juicio de capacidad en profundidad», explican desde UNICEF.
En la legislación española se recoge que los testadores deben respetar la legítima. Es decir, no existe total libertad a la hora de realizar un testamento, aunque este aspecto puede variar en función de la normativa expuesta por cada Comunidad Autónoma.
«Así, es imprescindible conocer las leyes que rigen nuestra sucesión ya que existen distintas legislaciones en función de la comunidad autónoma donde resida el testador que pueden condicionar el otorgamiento del testamento«, detallan los expertos.
Requisitos formales
Una vez que se cumplan todos los requisitos personales, se procede a la redacción del testamento conforme a una de las formas previstas por la Ley. En este sentido, se requiere del cumplimiento de unos requisitos formales.
El Código Civil y las diferentes legislaciones Forales recogen diferentes formas de redactar un testamento, respecto a las últimas voluntades de una persona. Así, el notario tendrá la responsabilidad de asegurarse de que el testamento se ha realizado de manera correcta, puesto que un error de redacción sería suficiente para habilitar la anulación del documento.