La hipoacusia o pérdida de audición puede ser motivo para el reconocimiento de una pensión de incapacidad permanente. Depende de la gravedad de la enfermedad para reconocer un determinado grado de incapacidad permanente. También intervienen otros factores, como la profesión habitual del trabajador.
Los expertos de ‘CampmanyAbogados’ explican que «la hipoacusia, cuando es severa, puede ser motivo de incapacidad permanente. La pérdida de audición debe ser relevante, de manera que impida realizar una actividad laboral con normalidad. En cualquier caso, un diagnóstico de hipoacusia no asegura por sí mismo que se pueda cobrar una pensión de incapacidad permanente. Lo más frecuente es que se conceda una incapacidad total, ya que la absoluta y la gran invalidez son muy poco o nada habituales si se trata de hipoacusia».
Incapacidad permanente por pérdida de audición
La hipoacusia consiste en la pérdida parcial de audición. En determinados casos y según la profesión del trabajador, la pérdida de audición puede ser causante de una incapacidad permanente. Es decir, que dicha pérdida de audición genere secuelas y limitaciones en el trabajador a la hora de desarrollar la actividad laboral.
Así, la pensión de incapacidad permanente tiene la finalidad de paliar la pérdida de ingresos que sufre un trabajador a causa de una lesión o enfermedad, que reduce o anula su capacidad laboral.
Con todo ello, los expertos de ‘Centros Auditivos Aural’ señalan que «según el lugar del oído que haya sido afectado, las pérdidas pueden ser neurosensoriales (si lo que está afectado es la cóclea o el nervio auditivo) o conductivas (cuando hay un factor que bloquea el paso del sonido en el canal auditivo o en el oído medio). Otro tipo de pérdidas auditivas son el tinnitus, la enfermedad de Ménière (la sensación intermitente de vértigo, pérdida auditiva y tinnitus), la ototoxicidad (el efecto producido por un medicamento) o el trastorno del proceso auditivo (la reducción en la habilidad de procesar señales sonoras en ciertas partes del sistema auditivo central)».
Existen diferentes tipos de pérdidas auditivas. Así, el origen de la pérdida de audición marcará los posibles tratamientos. Además, también podría tener influencia para obtener o no la incapacidad permanente.
Hipoacusia y grados de incapacidad
Según exponen los profesionales de ‘CampmanyAbogados’, el grado más común que se suele reconocer por incapacidad permanente es la hipoacusia. Este grado de incapacidad implica la percepción de una pensión equivalente al 55% de la base reguladora del trabajador, aunque pueden llegar al 75% en caso de que la persona beneficiaria tenga 55 años o más y se encuentre en paro.
Este grupo de expertos argumenta que la incapacidad permanente total por hipoacusia se puede dar «por ejemplo, en trabajos que impliquen trato continuo con terceros, (vendedores, atención al público, camareros, etc). O en aquellas profesiones que se desarrollan en ambientes ruidosos: soldadores, empleados de un taller o de la construcción, etc. En estos últimos supuestos, existiría un componente de peligrosidad para ellos y sus compañeros«.
Sin embargo, el reconocimiento de una incapacidad permanente absoluta o de una Gran Invalidez por hipoacusia no suele ser habitual en España. Puede darse en caso de que el trabajador también presente otras patologías asociadas.
Hay que recordar que la Gran Invalidez también implica que el trabajador necesita la ayuda de terceras personas para desarrollar las actividades básicas del día a día. Así lo establece la normativa de la Seguridad Social.