Desde IMPULSA IGUALDAD han elaborado una nota de prensa en la que trata de explicar que el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), creado hace 18 años mediante la Ley 39/2006, necesita una refundación urgente que garantice de forma efectiva la autonomía personal y la asistencia necesaria para las personas con discapacidad física y orgánica. De igual manera exige que esta reforma se asiente sobre un pacto de Estado que convierta el derecho a la autonomía en una realidad y no en una promesa incumplida.
Por dependencia entendemos, si vemos la normativa, que es el «estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por razones derivadas de la edad, la enfermedad o la discapacidad, y ligadas a la falta o a la pérdida de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria o, en el caso de las personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental, de otros apoyos para su autonomía personal».
El SAAD por su parte se define en el IMSERSO como «el conjunto de servicios y prestaciones económicas destinados a la promoción de la autonomía personal, la atención y protección a las personas en situación de dependencia, a través de servicios públicos y privados concertados debidamente acreditados, y contribuye a la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos».
Los cambios que plantea para la dependencia
Tras casi dos décadas desde su puesta en marcha, el SAAD presenta graves deficiencias estructurales. Entre ellas, la falta de impulso a la figura de la asistencia personal, un recurso clave para que las personas con discapacidad puedan desarrollar su proyecto de vida de forma independiente y en igualdad de condiciones. En lugar de promover la autonomía, el sistema perpetúa la dependencia pasiva, dejando en segundo plano las necesidades reales de las personas que requieren apoyos personalizados para llevar una vida activa y plena.
IMPULSA IGUALDAD denuncia también otros problemas estructurales que lastran el sistema, como la infrafinanciación crónica, la desigualdad territorial, la burocratización excesiva que genera interminables listas de espera, y los copagos abusivos que dificultan el acceso a los servicios esenciales.
La asistencia personal es un derecho fundamental, reconocido tanto en la Ley de Dependencia como en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Sin embargo, en España sigue siendo un recurso infrautilizado y prácticamente inexistente en muchas comunidades autónomas. Esto supone una vulneración flagrante de los derechos de las personas con discapacidad, a quienes se les impide participar plenamente en la sociedad y vivir con la dignidad y autonomía que merecen.
Desde IMPULSA IGUALDAD hacemos un llamamiento a las fuerzas políticas, administraciones públicas y agentes sociales para que prioricen la refundación del SAAD, con especial atención a la asistencia personal como eje vertebrador de un sistema que verdaderamente promueva la autonomía y garantice los apoyos necesarios a las personas con discapacidad.