El yogur es seguro uno de los productos que vamos a encontrar en cualquier cocina del mundo. Y es que nos va a aportar unos beneficiosos muy valiosos a nuestro cuerpo. Además, este alimento contiene una gran cantidad de probióticos que ayudan a nuestro estómago a trabajar de manera más efectiva y energética. Entre los beneficios del yogur vamos a encontrar regular nuestro tránsito intestinal, aumentar la capacidad de concentración y la memoria, activar nuestro cerebro y prevenir enfermedades como resfriados y gripes.
En el supermercado vamos a encontrar un sinfín de tipos de yogures que van a cubrir todos los gustos posibles de los consumidores. . Pero si nos decantamos por yogures de sabores o bajos en grasas estos pueden tener el efecto contrario. Ya que contienen ingredientes que no son del todo beneficiosos para nuestro organismo, sobre todo si estás buscando perder peso.
Si realmente quieres consumir un yogur que te sacie y que realmente no contenga ingredientes extras que no te van a beneficiar, lo mejor es que prepares tu propio yogur casero. A continuación, te vamos a dar la receta perfecta para que deleites a tus invitados este verano con un auténtico postre tradicional. Además, le puedes añadir otros ingredientes saludables para hacerlo delicioso e irresistible.
El yogur casero elaborado con solo dos ingredientes fundamentales
Si eres de los que meterse a la cocina le da mucha pereza, te gustará saber que para elaborar tu propio yogur natural casero solo necesitarás dos ingredientes. En este caso, solo tendrás que utilizar leche de vaca, oveja o cabra (nada de leches vegetales) y fermento.
Realmente, conviene que utilices preferiblemente una leche fresca entera pasteurizada. Ya que de esta forma el sabor y la textura del yogur quedarán aún más perfectas. Esta podrás encontrarla en cualquier sección de lácteos de cualquier supermercado. En todos suele haber una pequeña nevera donde depositan este tipo de productos envasados en botellas de vidrio. Al utilizar esta leche, vas a conseguir que la textura del yogur quede mucho más espesa y muy bien cuajada.
Si utilizas leches desnatadas o semidesnatadas vas a conseguir un resultado muy parecido, pero el mayor nivel de grasa de las leches enteras hará que se espese mucho más rápido.
En relación al fermento, un paso clave para elaborar el yogur, hay tres formas para realizarlo. Si usamos un yogur natural industrial para elaborarlo, debemos asegurarnos que es 100% natural. Y que no está enriquecido con almidones, leche en polvo y gelatinas. Por otro lado, si optamos por el fermento liofilizado, será la mejor opción para conseguir que nuestro yogur quede con la textura perfecta.
Por último, también podemos utilizar yogur natural casero que hayamos elaborado previamente. Eso sí, recuerda que esto solo puedes hacerlo 4 veces con el mismo líquido. Ya que si lo haces durante más veces, el resultado final puede ser un yogur mal cuajado y/o excesivamente ácido.
¿Es el yogur helado una buena alternativa en verano?
El yogur helado está muy en tendencia, sobre todo cuando comienza a entrar la época estival y todos queremos comer alimentos más fríos. Pero hay un error común que no es del todo cierto cuando incorporamos este producto a nuestra dieta. Y es que el yogur helado no es más saludable que otro tipo de helados. Y es que una tarrina de un tamaño medio aporta a tu cuerpo unas 120 calorías y una gran cantidad de azúcar. Algo así como 10 y 15 gramos.
Por ello, quizás no es el producto frío más recomendable si quieres realmente cuidar tu alimentación de manera consciente. Ya que a pesar de que lleve el nombre ‘yogur’, no quiere decir que aporte las mismas calorías que en su forma tradicional.