El yogur natural puede tener muchas funciones beneficiosas para incluirlo en nuestra dieta. Puede añadirse como salsa a una comida principal, puede servirse como aderezo para ensaladas, o la más habitual, comerlo como postre. De cualquier manera, el yogur es un alimento que va a afectar muy positivamente a nuestra salud y que nos va a traer grandes beneficios.
En relación a optar por los que más o menos engordan, cabe recordar que el más adecuado es el yogur natural tradicional de toda la vida. Sin ningún tipo de aderezo ni complemento que le haga pasarse al lado oscuro de los productos que tienen grasas saturadas y calorías vacías. Además, otro de los que también es una buena elección si estamos cuidando nuestra alimentación es el yogur griego. Y es que para muchos profesionales de la nutrición es incluso mejor que el convencional.
Pero si hablamos de los yogures desnatados que supuestamente tienen menos grasas que los tradicionales, esto es un error bastante común a la hora de comprar. Y es que por mucho que ponga en el envase bajo en calorías o desnatado sin grasas saturadas, no es una mejor opción que el normal. A continuación, te damos varias razones para que elimines definitivamente el yogur desnatado de tu dieta.
¿Por qué debes eliminar el yogur desnatado de tu alimentación diaria?
Normalmente cuando pensamos en productos que ayudan a adelgazar o a cuidar la alimentación, siempre pensamos en aquellos que tienen la etiqueta de desnatados, bajo en grasas o bajo en calorías. Pero lo realmente cierto es que ninguno de ellos es lo más saludable del supermercado, ya que a pesar de que no contienen estos componentes sí que tienen otros que los hacen perjudiciales para la salud de nuestro estómago.
Y es que los yogures desnatados tienen en su composición multitud de edulcorantes y azúcares camuflados bajo el eslogan de ‘bajos en grasa’. Pero no por ello son una elección más confiable que los yogures naturales tradicionales. Y es que cuando vayas a comprar productos para mejorar tu dieta diaria, lo mejor es que no te fíes de etiquetas que solo buscan marketing y vender sus productos.
Siempre intenta leer detenidamente la lista de ingredientes que tiene en la parte trasera. Allí es donde verás si realmente cumplen con todos los requisitos para considerarse un alimento ‘healthy’. Y es que realmente la nata que contenga la leche con la que se elabora no es el problema, sino el azúcar que van a utilizar para potenciar su sabor y su textura.
Además, los azúcares añadidos que se le incorporan a estos productos considerados más saludables suelen duplicar el azúcar naturalmente presente en los yogures. Por lo que, de la misma manera que el azúcar aumenta, también lo hacen las calorías.
La receta ideal para preparar un buen yogur natural tradicional
Realmente, conviene que utilices preferiblemente una leche fresca entera pasteurizada. Ya que de esta forma el sabor y la textura del yogur quedarán aún más perfectas. Esta podrás encontrarla en cualquier sección de lácteos de cualquier supermercado.
En todos suele haber una pequeña nevera donde depositan este tipo de productos envasados en botellas de vidrio. Al utilizar esta leche, vas a conseguir que la textura del yogur quede mucho más espesa y muy bien cuajada.
Si utilizas leches desnatadas o semidesnatadas vas a conseguir un resultado muy parecido, pero el mayor nivel de grasa de las leches enteras hará que se espese mucho más rápido. En relación al fermento, un paso clave para elaborar el yogur, hay tres formas para realizarlo.
Si usamos un yogur natural industrial para elaborarlo, debemos asegurarnos que es 100% natural. Y que no está enriquecido con almidones, leche en polvo y gelatinas. Por otro lado, si optamos por el fermento liofilizado, será la mejor opción para conseguir que nuestro yogur quede con la textura perfecta.