Pensar en el reparto de la propia herencia, no es un ejercicio fácil para nadie. Pues se trata de situarse en un momento de la vida en el que nosotros ya no estamos. Es por ello, que son muchas las ocasiones en las que este momento se pospone o incluso, no se llega a plantear nunca. No hacerlo no es a priori un problema, pues la legislación española cuenta con las herramientas suficientes para llevar a cabo este reparto entre los herederos y solucionar cualquier problema.
Sin embargo, es habitual las personas que prefieren arreglar el reparto de su herencia estando en vida, lo hagan con un objetivo claro. La práctica jurídica deja claro que los motivos más repetidos son evitar conflictos familiares o querer beneficiar a algún heredero. En torno a este último caso, son muchas las personas que acuden a abogados expertos en sucesiones con el objetivo de dejar establecido este reparto con un solo fin: proteger a la pareja. ¿Cómo? Pues la intención, en gran parte de los casos, es querer dejárselo todo.
Dejar toda la herencia a la pareja, ¿Es posible?
Son muchas las peticiones de parejas que acuden a abogados expertos en sucesiones con la idea, de hacer un testamento conjunto en el que se dejen mutuamente toda la herencia. Es decir, la intención no es otra que dejar la herencia al completo al miembro de la pareja que sobrevive. A priori, es un planteamiento bastante lógico, pues ¿Qué mejor que no dejar desamparada a la persona con la que compartes tu vida? Pero, ¿Es esto posible?
La petición de realizar un testamento común en el que se leguen mutuamente toda la herencia, no es una opción en España. Cabe recordar, que la legislación española señala que otorgar testamento es un acto personalísimo e individual. Por tanto, la primera petición de hacer un testamento conjunto, no es posible. En cuanto a dejarle todo a la pareja, tampoco es una opción, cabe recordar que la ley obliga a que una parte de la herencia sea para los herederos forzosos.
No hay que olvidar, que según el artículo 807 del Código Civil, existe un orden sucesorio en el que primero heredan los descendientes en línea recta (hijos, nietos, etc.), a falta de los anteriores los ascendentes en línea recta (Padres, abuelos, etc.), y solo a falta de los anteriores será el turno del cónyuge. Por tanto, si hay descendientes o ascendentes, la herencia no puede dejarse al completo al cónyuge. Sin embargo, sí hay una solución.
Testamento del ‘uno para el otro’
El testamento, coloquialmente llamado del ‘uno para el otro’, es la mejor opción para dejar protegido al cónyuge con la herencia. Para ello, ambas partes de la pareja deben realizar su propio testamento y establecer en el mismo que se legan entre ellos el usufructo universal y vitalicio de todos sus bienes. De este modo, si uno de los miembros falta, el otro tendrá derecho al uso y disfrute, de todos los bienes.
Esto no significa que sea propietario de los bienes que reciba, porque no será así. No obstante, sí podrá utilizarlos y recoger los frutos que pueda generar, pero no podrá en ningún caso transmitir la propiedad, ya que pertenece a los herederos. De hecho, aunque el cónyuge en este caso tendrá la posesión y por tanto podrá disfrutar de los bienes, tendrá la obligación de cuidar los bienes, pues la propiedad, es de los herederos forzosos.
Bien es cierto, que aunque esta práctica soluciona la voluntad de los cónyuges sobre qué quieren que ocurra con su herencia, en ocasiones, esto crea cierto mal estar entre los herederos forzosos. A este conflicto, también se le puede poner solución mediante el testamento, y son dos las soluciones más habituales:
- Que el testador mejore la parte de la herencia que corresponde a dichos herederos, aunque tengan que esperar para recibirla.
- O incluir en el testamento que, en caso de que algún heredero forzosos se niegue a que el cónyuge reciba este usufructo universal y vitalicio, solo recibirá, llegado el momento, la legítima estricta.