Cuando pensamos en aceptar una herencia, nos situamos en una posición de beneficiario de unos determinados bienes. De hecho, es aconsejable hacer testamento, porque la experiencia dicta que los repartos de herencia, suelen crear conflictos entre la familia. ¿El motivo? Pelearse por estos bienes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ser heredero, también significa ser sucesor de una serie de obligaciones que en ocasiones, pueden ser más gravosas que cualquier beneficio a obtener.
Cabe recordar que el Código Civil dice que la herencia comprende todos los bienes, derechos y obligaciones de una persona que no se extingan por su muerte. Esto significa, que además de lo bienes que el causante pudiera tener, también son susceptibles de ser heredados los títulos, las deudas y las cargas que tuviera pendientes. Una situación que en ocasiones, hace que los herederos se encuentren más con inconvenientes a resolver que con un caudal del que puedan beneficiarse.
Además, hay que tener en cuenta que liquidar una herencia conlleva un desembolso de dinero del que muchos no son conocedores. En el caso de que el causante deje bienes inmuebles, existen una serie de impuestos a los que los herederos deberán hacer frente. Estos impuestos son: El Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que depende de las Comunidades Autónomas, y la Plusvalía Municipal, que depende de los Ayuntamientos.
Esto es lo que ocurre cuando todos los herederos rechazan una herencia
Cuando una persona fallece, lo primero que hay que hacer es solicitar el Certificado de Últimas Voluntades para saber si el causante tenía testamento o no. Este paso es importante, porque en este documento se determina, entre otras cosas, quienes son los herederos. Aunque el testamento debe ajustarse a la ley y por tanto, una parte de la herencia debe ir a los herederos forzosos, hay otra parte de libre disposición que el testador podrá dejar a quien quiera.
En cualquier caso, una vez determinado los herederos, si hubiere testamento, estos deberían decidir si aceptar o no la herencia. En el caso de que rechazasen la herencia, habría que seguir el orden establecido en el Código Civil para establecer los siguientes familiares susceptibles en convertirse en herederos. La ley establece que el orden sucesorio se establece de la siguiente manera:
- En primer lugar, son herederos los hijos y descendientes del fallecido.
- A falta de los anteriores, serán los padres y ascendientes.
- En tercer lugar, el cónyuge sería la persona que heredaría.
Entonces, ¿Qué ocurre si todos los herederos rechazan una herencia? En el caso de que todos los anteriores, incluidos parientes y familiares colaterales, rechazasen la herencia, sería el Estado quien se convertiría en heredero de todo lo heredable. Una situación que llegaría, si todos los legítimos herederos rechazasen la herencia o no se encontrasen familiares del fallecido. No obstante, hay que tener en cuenta que este acto tiene unas consecuencias. La más importante es que la renuncia a una herencia, es un hecho irrevocable.