El testamento es el acto mediante el cual, una persona expresa su voluntad sobre el destino que quiere que tenga su herencia cuando ya no esté. Es decir, establecer qué pasará con sus bienes, derechos y obligaciones, que son los que conforman la herencia, y quienes serán las personas que lo perciban, es decir, los herederos.
Lo más habitual es otorgar testamento ante notario. Sin embargo, también es válido el testamento manuscrito realizado por una persona y que se denomina, testamento ológrafo, eso sí, siempre que cumpla una serie de requisitos. Este documento forma parte de los testamentos comunes junto al testamento abierto y al cerrado. En cuanto a los especiales, se consideran los militares, marítimos y los realizados en un país extranjero.
Antes de proceder a realizar un testamento, debemos tener en cuenta dos cosas. La primera, que elijamos el tipo de documento que elijamos, debemos proceder a realizarlo según el procedimiento concreto establecido. Es decir, debe seguir escrupulosamente la forma y requisitos establecidos en el Código Civil para llevarlo a cabo.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el testador no es totalmente libre para repartir su masa hereditaria. El Código Civil, igualmente, recoge la estructura que debe cumplir esta partición. De este modo, es obligatorio que la herencia se divida en tres tercios:
- Legítima. Es la porción de bienes de la que el testador no puede disponer libremente por estar reservada a los herederos forzosos.
- Tercio de mejora. Esta parte está destinada a mejorar el caudal que le corresponde a alguno o algunos de los legítimos herederos.
- Libre disposición. Tercera parte de la herencia de la que puede disponer el testador libremente.
TESTAMENTO OLÓGRAFO
El testamento ológrafo es un documento escrito y firmado a mano por el mismo testador en el que expresa y refleja su voluntad. No obstante, no es tan fácil como suena. No basta con un papel en el que se exponga el deseo de una persona con respecto al futuro de su herencia, sino que el proceso es mucho más complejo. Para seguridad del testador, este acto también conlleva unos requisitos que puedan demostrar la veracidad del documento llegado el momento.
Cabe pensar, que si se aceptara cualquier manuscrito como un testamento ológrafo, cabría la picaresca a la hora de partir una herencia. Esto podría conllevar a mucha confusión e incluso, llevar a cambiar la verdadera voluntad del testador. Por este motivo, para que un documento de este tipo seas válido, debe cumplir las siguientes formalidades:
- Haber sido otorgado por una persona mayor de edad.
- Estar escrito enteramente por el testador.
- Debe aparecer su firma, el día, mes y el año en el que se realiza.
- Si contuviese palabras tachadas, enmendadas o entre renglones, las salvará el testador bajo su firma.
CÓMO VALIDAR ESTE DOCUMENTO PARA QUE SEA VÁLIDO
Tras el fallecimiento de una persona, la aparición de un testamento ológrafo puede cambiarlo todo. El motivo, es que es posible que pocas personas supieran de su existencia. Pues por lo general, el testador que realiza este tipo de documento, es porque quiere meditarlo en la intimidad y confiarlo a la persona que luego debe encargarse de validarlo.
Y es que aunque a priori no es necesaria la presencia de un notario para llevarlo a cabo, una vez fallece el causante, sí deben cumplirse algunas premisas para validar el documento en la que sí será necesaria la actuación de un profesional de este tipo. De hecho, el testamento ológrafo deberá protocolizarse, presentándolo, en los cinco años siguientes al fallecimiento del testador, ante notario. Este extenderá el acta de protocolización de conformidad con la legislación notarial.
En cuanto a la responsabilidad de la persona a la que el testador le confió este documento, esta deberá presentarlo ante notario en los diez días siguientes a aquel en que tenga conocimiento del fallecimiento. Cabe señalar, que el incumplimiento de este deber le hará responsable de los daños y perjuicios que haya causado.