¿Qué es la libertad de expresión?

La libertad de expresión es un derecho que se recoge en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que fue formulada en 1948

Qué es la libertad de expresión

A bote pronto podríamos decir que la libertad de expresión es un fundamento que apoya la libertad de una persona o colectivo de tener su propia opinión y difundirla sin temor a posibles represalias, censuras o sanciones.

La Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948, habla en su artículo 19 sobre la libertad de expresión. «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión«.

En este caso, vemos que la libertad de expresión lleva dentro de si varios conceptos claves. Por un lado, la propia libertad de expresarse como tal, que también se entiende como libertad de opinión. Por otro lado el proceso de investigar y recibir informaciones y opiniones, actividades que nos dirige directamente a la libertad de pensamiento. También se hace referencia a la acción de difundir esas ideas que hemos pensado y expresamos.

Y es que la libertad de expresión impone tres derechos a:

  1. buscar información e ideas.
  2. recibir información e ideas.
  3. impartir información e ideas.

También se habla de libertad de expresión en el artículo 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: 

  1. Nadie podrá ser molestado a causa de sus opiniones.
  2. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión; este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección.
  3. El ejercicio del derecho previsto en el párrafo 2 de este artículo entraña deberes y responsabilidades especiales. Por consiguiente, puede estar sujeto a ciertas restricciones, que deberán, sin embargo, estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para:
      • Asegurar el respeto a los derechos o a la reputación de los demás;
      •  La protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas.

Orígenes de la libertad de expresión

La libertad de expresión tiene un origen posterior a su presencia en los instrumentos internacionales de derechos humanos. Ya en la antigua Grecia, finales del s. VI a.C. se decía que existía. Poco después, en la República Romana ya se hablaba de libertad de expresión y la libertad de religión.

Ya en 1689, en la Declaración de Derechos de Inglaterra se estableció la «libertad de expresión en el Parlamento» que sigue vigente a día de hoy. Igual ocurre con la libertad de expresión como derecho inalienable que recogía la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, adoptada durante la Revolución Francesa en 1789.

Dicha declaración, en su artículo 11 recoge que: «La comunicación libre de ideas y opiniones es uno de los derechos más preciados del hombre. Cada ciudadano puede, en consecuencia, hablar, escribir e imprimir con libertad, pero será responsable de los abusos de esta libertad que se definan por la ley«.

Cuando hablamos de libertad de expresión éticamente en una sociedad democrática significa que hay que respetar con la misma fuerza y energía el resto de derechos. Esta libertad se recoge en casi todas las constituciones del mundo, ¿pero realmente se cumple? Vemos casos en el mundo en el que hay gente que va a la cárcel, recibe una sanción o una represalia por opinar y dar sus ideas. En este caso, la libertad de expresión se ve coartada.

¿Cuándo se puede no reconocer la libertad de expresión?

Como sabemos, la libertad de expresión se ve muchas veces coartada y en algunos casos existe justificación; puesto que puede no ser reconocida como absoluta. Las principales limitaciones de la libertad de expresión que se dan son: difamación, obscenidad, calumnia, sedición, pornografía, violación de derechos de autor, incitación, palabras de combate, acuerdos de confidencialidad, secretos comerciales, información clasificada, seguridad pública, perjurio, etiquetado de alimentos, derecho a la privacidad, derecho al olvido, seguridad pública y perjurio.

A todas estas justificaciones hay que sumarle el principio, que fue propuesto por el filósofo John Stuart Mill en On Liberty: « El único propósito para el que el poder puede ejercerse legítimamente sobre cualquier miembro de un colectivo civilizado, en contra de su voluntad, es evitar daños a otros».

Conceptos de la libertad de expresión
Conceptos de la libertad de expresión

Libertad de pensamiento

En el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos se habla de la libertad de pensamiento. «Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia«.

Este derecho no es recogido por muchas constituciones, ya que se llega  a dar por «incluida» dentro de la libertad de expresión, aunque realmente son diferentes. Cuando hablamos de libertad de pensamiento, hablamos de un ámbito personal, de cada persona. El pensamiento libre no necesita realmente garantías, puesto que se trata de actuar conforme a las propias ideas.

Por lo que se da a entender, la libertad de pensamiento se entiende como la libertad que tiene una persona para formar la conciencia y al desarrollo del pensamiento libre. Además, comprende una libertad de manifestación, que protege al ciudadano frente al poder y frente a los demás.

Internet: un gran paso para la libertad de expresión

Desde la existencia de Internet y las redes sociales, la posibilidad de investigar y ampliar nuestros conocimientos ha crecido de manera notoria. Ahora mismo, con un solo clic, accedemos a información de cualquier cosa, en cualquier momento y desde cualquier sitio. Algo que también se recoge dentro de la propia libertad de expresión, pues tenemos el derecho de «investigar y recibir informaciones y opiniones».

A esto hay que sumarle su posterior difusión, pues no deberíamos de tener problemas para «difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Por la tanto, en el siglo XXI la libertad de expresión ha llegado a su máximo esplendor con los medios que tiene para ello.

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