Cuando se habla de hacer un testamento, se nos viene a la cabeza el documento mediante el cual una persona expresa su voluntad sobre qué quiere que ocurra con sus bienes tras su fallecimiento. Sin embargo, no es el único tipo de testamento que existe. Y en este caso no hablamos de forma, sino de objetivo por el cual se realiza este procedimiento. Por ello, lo más importante será diferenciar entre testamento sucesorio y testamento vital, para poder entender su razón de ser.
El testamento sucesorio es aquel acto mediante el cual, una persona dispone para después de su muerte de todos sus bienes o de parte de ellos. Es un documento que únicamente será relevante cuando el causante halla fallecido. Sin embargo, en el testamento vital, la persona dispone de su cuerpo. Es decir, expone su deseo acerca de los cuidados y tratamientos médicos futuros que prefiere recibir, si no puede manifestar su voluntad, llegada una enfermedad.
Este proceso está regulado a nivel estatal en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre. Sin embargo, las Comunidades Autónomas han elaborado su propia normativa que deberás tener en cuenta según el lugar en el que residas. Pues además de cambiar los requisitos, el nombre del documento y su forma varían según la Comunidad.
Esto es lo que debes saber sobre el testamento vital
Las personas que deciden realizar un testamento vital, lo hacen con el objetivo de dejar claro los cuidados y posibles tratamientos médicos que quieren que se les apliquen llegado el momento. Esto se da fundamentalmente para contemplar enfermedades en las que la persona pueda perder la libertad de manifestar su voluntad. Asimismo, podrás incluir en él, el destino de tu cuerpo o de tus órganos, llegado el fallecimiento.
Pero, ¿Qué puedo incluir exactamente si decido realizar un testamento vital? De forma generalizada, esta es la información que puedes decidir poner si realizas este tipo de acto:
- Los cuidados o tratamientos médicos que quieres o no recibir. Es importante tener en cuenta que tan importante es dejar escrito qué estás dispuesto a recibir, como todo aquello por lo que prefieres no pasar llegado el momento. En este apartado puedes incluir tratamientos, medicamentos, calmantes, etc.
- Si quieres someter tu cuerpo a tratamientos experimentales.
- Designar una persona para que llegado el caso te represente ante el equipo sanitario.
- Dejar claro si tu deseo es recibir asistencia religiosa o no.
- También puedes dejar consideraciones para el momento del fallecimiento como: si quieres ser enterrado o incinerado, si te gustaría donar el cuerpo a la ciencia o si deseas donar tus órganos.
Para que un testamento vital sea válido, tendrán que cumplirse aspectos como que la persona que lo otorga sea mayor de edad, que esté en pleno uso de sus facultades mentales, que lo haga libremente y que lo realice por escrito. No obstante, hay que atender a la normativa propia de cada Comunidad Autónoma donde algunos de estos aspectos pueden variar e incluso, pueden incluirse otros.