Cualquier trabajador por cuenta ajena recibe cada mes un salario por su actividad laboral. En concreto, cobrar una nómina, cuya cuantía depende de su profesión, empresa o antigüedad en la propia empresa. Así, la nómina del trabajador en España está compuesta por diferentes partes a tener en cuenta.
Desde BBVA indican que «la nómina es un documento que refleja el líquido total a percibir mensualmente por un trabajador, o sueldo, en base a los servicios prestados a una empresa. A dicha cantidad se llega teniendo en cuenta varios conceptos: el primero son las ganancias, también llamada devengos (salario base y complementos), y el segundo son las deducciones (como el IRPF, las contingencias comunes o el desempleo)».
Devengos y retenciones
Los devengos son los ingresos que recibe el trabajador. La mayoría de salarios se distribuyen en doce o catorce pagas durante el año, según convenio laboral o empresa. Entre los devengos de la nómina se encuentra el salario base, que es la cantidad recogida por convenio en función de la categoría profesional o tipo de profesión.
No obstante, en la nómina también se deben tener en cuenta los complementos salariales. Estos complementos son una cuantía que el trabajador cobra de manera extraordinaria en base a unos criterios específicos. Existen los siguientes tipos de complementos salariales:
- Personal: Por antigüedad en la empresa, responsabilidad o formación.
- Productividad: Por conseguir buenos resultados en la empresa.
- Recompensa al esfuerzo adicional: Es decir, pagas extraordinarias o pagas extras.
Todos estos devengos tienen carácter salarial. Si bien, en la nómina también pueden aparecer devengos no salariales. Entre estos devengos destacan los pluses, dietas, abonos de gastos o indemnización por despido. A diferencia de los devengos salariales, los devengos no salariales no tienen deducciones de IRPF en la nómina ni cotizan a la Seguridad Social.
Las deducciones de la nómina
Las deducciones son las diferentes retenciones que se realizan al trabajador en su nómina. Entre las retenciones, resaltan el IRPF y las realizadas a la Seguridad Social, como las siguientes:
- Contingencias comunes.
- Desempleo.
- Enfermedad o accidente laboral.
- Formación.
- Horas extraordinarias.
Desde BBVA explican que las retenciones en la nómina dependen de diferentes factores. Por ejemplo, las retenciones referentes a la Seguridad Social cuentan con unos porcentajes asignados predeterminados por ley. Es decir, estos porcentajes se aplican de la misma forma a cualquier trabajador en su nómina.
En el caso del IRPF, la retención no cuenta con un porcentaje fijo. Así, la retención del IRPF de cada trabajador depende del salario bruto anual, la retención aplicable asignada por la Agencia Tributaria y las circunstancias del trabajador.
Es decir, la retención del IRPF puede variar en función de la situación familiar del trabajador (casado, soltero, viudo…etc), número de hijos o personas dependientes a su cargo (en caso de que las hubiese) y la posibilidad de que el trabajador cuente con un grado de discapacidad acreditado. Todos estos elementos son claves en las retenciones del IRPF en la nómina.