Las proteínas son un nutriente de absoluta relevancia para la salud de las personas. Aportan energía al cuerpo y son claves participantes en numerosos procesos del organismo. Además, hay que tener en cuenta que están presentes en prácticamente todos los alimentos.
En concreto, las proteínas son moléculas de aminoácidos unidas por enlaces peptídicos. Participan en todos los procesos funcionales, debido a que están presentes en todas las células del cuerpo.
Por todo ello, es importante incorporar proteínas a través de la alimentación, siempre siguiendo una dieta saludable, completa y equilibrada que además permita proporcionar al organismo el resto de nutrientes esenciales para su correcto funcionamiento.
Proteínas animales y vegetales
Por lo general, las personas dan más relevancia a las proteínas de origen animal y se les cataloga como de alto valor biológico, debido a que contienen todos los aminoácidos esenciales. Esto es algo que no ocurre con todos los alimentos de origen vegetal.
Sin embargo, existen algunos alimentos de origen vegetal que tienen prácticamente todos los aminoácidos esenciales en las proteínas que albergan en su composición. En este grupo destacan especialmente las legumbres.
Además, debemos tener en cuenta que las proteínas que proceden de alimentos de origen vegetal son más saludable, debido claramente a que dicho alimento contiene una mayor cantidad de nutrientes esenciales y saludables.
Las carnes y alimentos de origen animal suelen tener un mayor contenido graso y aportar más calorías, por lo que incorporar proteínas únicamente de este tipo podría aumentar el riesgo de aumentar de peso.
María González, miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas y presidenta del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Galicia, explica que «un elevado consumo de proteínas de origen animal (especialmente las procedentes de carnes y derivados) se asocia con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, de cáncer, y de una mayor mortalidad».
Un aporte saludable
Por tanto, los especialistas en nutrición recomiendan que la ingesta de proteínas procedan en un 50% de origen animal y en un 50% de origen vegetal. Es decir, establecer un equilibrio nutritivo para el organismo beneficioso y saludable.
Algunas de las principales fuentes de proteínas vegetales son las legumbres, variedades de hortalizas, verduras, frutas e incluso cereales. Todos estos alimentos contienen un interesante valor proteico para el organismo.
Así, algunos de los alimentos vegetales más saludables para aumentar los niveles de proteínas y favorecer un vientre plano, son las lentejas, garbanzos, soja, manzana, uvas, plátanos, fresas, melón, aguacate, tomate, moras o naranja.
Pero esto no quiere decir que no consumamos alimentos de origen animal. También es posible incorporar proteínas de origen animal y mantener un peso ideal. Para ello, es apropiado evitar las carnes grasas y calóricas, vísceras o embutidos.
Al respecto, para incorporar proteínas de origen animal, siempre es más saludable optar por carnes magras, huevos o pescados poco grasos. Si bien, en una estructura nutricional equilibrada, todo tiene cabida.
Y es que como detalla la nutricionista María González, las proteínas «desempeñan funciones tan importantes como formar parte de estructuras celulares, formación y reparación de tejidos, transporte oxígeno, función inmune, incluso algunas hormonas y enzimas son de origen proteico. Como se mencionaba previamente, de los aminoácidos que conforman las proteínas, algunos de ellos son esenciales, es decir que el organismo no puede sintetizarlos y tiene que obtenerlos a través de la alimentación».