Cada abril, miles de españoles se lanzan a presentar su declaración de la Renta en los primeros días, ansiosos por quitarse el trámite de encima. Sin embargo, según la economista Sara Ferrer, esta prisa puede convertirse en un error costoso. En un reciente post de LinkedIn, Ferrer alerta: declarar en la primera quincena de abril es una invitación al caos fiscal.
¿Qué hay problema hay en ser de los primeros en presentar la declaración de la Renta?
El principal problema radica en los datos fiscales que proporciona la Agencia Tributaria al inicio de la campaña. Estos, en muchos casos, están incompletos, contienen errores o aún se encuentran «en fase de actualización». Presentar la declaración con información a medias puede llevar a cálculos erróneos, deducciones omitidas o la exclusión de ayudas, como las relacionadas con la DANA de octubre, cuyas exenciones fiscales aún no están plenamente definidas.
Los problemas de fiarse del borrador de la Renta
El resultado: declaraciones complementarias, sanciones o, directamente, pagar de más. Ferrer recomienda paciencia. «Mayo es el momento ideal para presentar la Renta sin sustos«, asegura. Mientras tanto, sugiere revisar el borrador de la declaración, pero sin tomarlo como una verdad absoluta. Cambios laborales, familiares o patrimoniales deben analizarse con lupa, y contar con un asesor fiscal puede marcar la diferencia. «El borrador es una guía, no una sentencia», sentencia la experta.
¿Qué pasa con los ingresos extra?
La Agencia Tributaria, por su parte, intensifica su vigilancia. Este año, enviará 330.000 avisos a usuarios de plataformas como Vinted, Wallapop o Airbnb por ingresos no declarados. Lo que para muchos es un «dinerillo extra», para Hacienda es base imponible sujeta a tributación. En definitiva, en la declaración de la Renta, la velocidad no es aliada. La campaña finaliza el 30 de junio, y tomarse el tiempo necesario para revisar cada detalle puede ahorrar disgustos y dinero. Como subraya Ferrer, «el mejor clic no es el más rápido, sino el más informado». Así que, si ya has presentado, cruza los dedos; si no, espera y actúa con cabeza.