Los probióticos están ganando una gran popularidad en los últimos tiempos debido a sus poderes para proteger la flora bacteriana y haciendo que nuestro organismo esté más saludable. Estos destacan por ser grandes aliados para mantener una buena salud y paliar efecto de otros medicamentos como los antibióticos.
Este tipo de alimentos contienen microorganismos vivos que, entre otros beneficios, reequilibran la microbiota intestinal, mejoran el proceso digestivo, refuerzan el sistema inmune y facilitan la absorción de nutrientes.
En caso de que hayas tomado la decisión de incluir los probióticos en tu dieta, debes de tener en cuenta una serie de puntos que deben estar presentes a la hora de comenzar a tomar probióticos de manera diaria.
Los probióticos pueden tomarse todos los días
En caso de que vayas a empezar a tomar probióticos, es muy posible que no sepas exactamente si debemos tomarlos todos los días o no. La ingesta de este tipo de alimentos puede tomarse cada día en caso de que estemos pasando un mal momento de salud y necesitemos recuperarnos.
Muchas veces la mayoría de nuestros problemas se desarrollan en el intestino, por lo tanto si tu flora intestinal está alterada tu salud seguramente se resentirá si no incluimos alimentos probióticos que regulen la microbiota y puedan evitar estos problemas.
Cuidado con no elegir la cepa correcta
Los probióticos no todos son iguales. Existen una amplia variedad de microorganismos diferentes y lo ideal sería conocer qué tipo de cepa nos beneficia más a cada uno. En caso de estar sano y lo que buscamos es continuar así, los lactobacillus y los bifidobacterium son tu mejor opción.
En caso de estar hinchados o tener problemas para ir al baño, intenta añadir en tu dieta lactobacillus acidophilus o lactobacillus casei que te ayudarán a reequilibrar tu flora intestinal.
Si por el contrario tienes un problema de diarrea, las cepas de saccharomyces boulardii son las más recomendadas para estos casos. En caso de infecciones vaginales recurrentes los lactobacillus acidophilus van a convertirse en tus mejores aliados para que desaparezcan estas molestias.
Además, el estrés y la ansiedad también pueden empezar a combatirse en el intestino, donde se produce gran parte de neurotransmisores como la serotonina (la llamada hormona de la felicidad). En este caso, elige lactobacillus plantarum y bifidobacterium bifidum.
El calor, enemigo de los probióticos
Los probióticos son organismos vivos que no pueden aguantar vivos si el entorno es demasiado caluroso. La mayoría de estos alimentos necesitan estar refrigerados, por lo que es muy importante leer la etiqueta de los envases para beneficiarnos de todas sus propiedades.
Combínalos con alimentos prebióticos
En nuestro intestino conviven millones de bacterias que ayudan al cuerpo a que todo funcione perfectamente. Al tomar probióticos añadimos bacterias ‘visitantes’ que permiten a las bacterias multiplicarse y mantenerlas en buen estado. Son sustancias que el organismo no puede digerir y que son el alimento perfecto para estas bacterias ‘buenas’.
Por lo tanto, combinar los probióticos con la ingesta de prebióticos es una gran idea. Los alimentos probióticos permiten estimular el crecimiento y la actividad son:
- Plátanos
- Alcachofas
- Espárragos
- Puerros
- Ajos
- Cebollas
- Patatas
- Legumbres
A cada persona le afectan de manera diferente
Es importante saber que la microbiota es algo parecido a nuestra huella dactilar, siendo algo único en cada persona. Todos los factores pueden influenciar en el estado de la flora bacteriana, por lo que a cada persona cada probiótico le sienta de una manera. Es posible que a quien le haya ido bien con uno, puede irle mal con otro que a otra persona con el mismo problema le haya ido bien.
Por lo tanto, lo ideal en estos casos siempre es consultar con nuestro médico de cabecera y asegurarnos de que lo que estamos ingiriendo no está teniendo efectos contraproducentes en nuestra salud.