Desde el inicio de su consumo, cuando Red Bull dio el primer ‘boom’ en este novedoso mercado, las bebidas energizantes siempre han ido acompañadas de amigables campañas de publicidad que incitaban a su consumo. Sin embargo, desde el Ministerio de Consumo del Gobierno de España se está intentando regularizar el consumo de las bebidas energéticas, sobre todo entre niños y jóvenes que consumen bebidas como Monster, Red Bull o Eneryeti, prácticamente a diario.
Para ser más exactos, en torno a cuatro de cada diez estudiantes de entre 14 y 18 años afirman haber consumido este tipo de bebidas en los últimos 30 días, según una en cuenta llevada a cabo por el Plan Nacional sobre Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES).
Pese a que son muchos apuntan a los efectos positivos que tienen estas bebidas para sentirnos más activos, la realidad es más bien todo lo contrario. Aparte del azúcar, la principal fuente de energía es la cafeína, un ingrediente que como muchos otros contiene un importante número de efectos negativos. El consumo diario de bebidas energéticas, independientemente de la marca, puede traer graves consecuencias directas en la salud de quienes la toman.
En este sentido, Alberto Garzón, ha revelado los resultados del Informe sobre los riesgos asociados al consumo de bebidas energéticas elaborado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Este documento ha servido para destacar de la importancia de informar sobre los efectos negativos del consumo diario de estas bebidas que se suelen vender bajo los indicarivos de un «refresco normal». Sin embargo, Garzón afirma que los envases de estas bebidas contienen 32 miligramos de cafeína por cada 100 mililitros.
Efectos secundarios de tomar bebidas energéticas a diario
Los efectos secundarios son el principal hándicap de tomar este tipo de bebidas energéticas diariamente. Los más jóvenes no suelen estar concienciados sobre la peligrosidad de beber estos refrescos a diario, por esta razón, vamos a detallar algunos de los principales efectos secundarios que pueden producir estas bebidas en nuestro cuerpo.
Pérdida de densidad ósea
Tomar bebidas energéticas puede causar pérdida de densidad mineral ósea. Varios estudios afriman que la cafeína presente en las bebidas energéticas puede interferir con la absorción de calcio en el cuerpo, lo que a la larga desencadena en huesos más débiles.
Problemas en la frecuencia cardíaca
El principal síntoma de que estas bebidas nos están haciendo efecto en nuestro cuerpo es el cambio en nuestro ritmo cardíaco. La cafeína existente en las bebidas energéticas hace que el corazón lata más rápido, aumentando el flujo sanguíneo y la tensión arterial. Esto a la larga puede aumentar notablemente el riesgo de padecer problemas cardíacos.

Cambia la estructura cerebral
Si somos consumidores diarios de bebidas energéticas, debemos tener en cuenta los problemas que da el consumo de cafeína a la larga. Numerosos estudios han demostrado los problemas que produce abusar de esta sustancia, pues puede cambiar la materia gris del cerebro de forma temporal. Es decir, estas bebidas pueden dar lugar a una alteración en la estructura cerebral que puede afectar a la memoria.
Ansiedad y poca concentración
Pese a que un gran número de personas toman estas bebidas para estar más concentrados, lo real es que incentivan todo lo contrario. En personas que tienen ansiedad, los trastornos de sueño vinculados a la ingesta de altas dosis de cafeína pueden empeorar su afección, provocando dolores de cabeza, cambios de humor y más nervios.
En los peores casos, estas bebidas pueden provocar una adicción, cerrando así un peligroso círculo en el que nuestro cuerpo nos pedirá más bebidas energéticas para aliviar la fatiga, ansiedad o el trastorno depresivo por el que estemos pasando, algo que es lo peor que podría pasarnos.

Producen estrés
Por lo general, cuando la cafeína llega al cerebro, este bloquea el receptor de adenosina, cuya función no es otra que desencadenar una serie de reacciones bioquímicas que ralentizan las funciones neuronales, provocando somnolencia. Así, esto permite aumentar la actividad cerebral y activa la respuesta al estrés de nuestro cuerpo. Es decir, este proceso químico permite la liberación de adrenalina y cortisol (hormona que produce el estrés).