La primera cirugía láser para tratar la epilepsia y los tumores cerebrales en España ha tenido lugar en el Hospital del Mar de Barcelona. Esta operación se ha realizado con éxito a través de una técnica con una invasión mínima que evita que se tenga que abrir el cerebro, lo que provoca que el tiempo de hospitalización post operación se reduzca a un máximo de 48 horas.
Este nuevo método de intervención, en palabras del jefe de la Unidad de Neurorradiología, Jaume Capellades, “permite acceder a lesiones de menos de tres centímetros de diámetro en territorios del cerebro que son de difícil acceso mediante la cirugía convencional», tal y como informa el diario ABC.
Esta técnica consiste en la aplicación de calor a través de una sonda láser permite completar con éxito una «destrucción localizada» de una lesión cerebral.
Eso sí, para someterse a esta operación es necesario que los tumores o focos de la epilepsia sean de un tamaño reducido y estar en una zona muy localizada, como, por ejemplo, las áreas profundas del cerebro que son de difícil acceso.
Una vez localizados e identificados los nodos, se procede a llevar al paciente a quirófano, para que los neurocirujanos inserten la sonda láser y realicen una resonancia magnética para verificar que está en la zona indicada. Una vez comprobado, se le aplica calor al nodo para eliminarlo.
Pero sin duda, son dos los grandes avances que ha permitido esta nueva cirugía. El primero de ellos es la visión a tiempo real de la operación desde la sala de resonancia magnética, cuando antes era imposible, lo que evita que el láser salga fuera del perímetro delimitado y no queme tejido sano.
El segundo es lo cómodo que resulta esta intervención para el paciente. Esta cirugía, al requerir solo una intervención mínima, cuyo tiempo de intervención se ve reducido a poco más de cinco minutos. Además, permite que los pacientes no tengan que pasar más de 48 horas ingresados en el centro hospitalario. Cabe destacar que la operación se hace con anestesia general, por lo que permite la intervención a pacientes pediátricos.
Aunque esta nueva intervención resulte un gran avance, Capellades ha querido alertar de la complejidad de este tipo de intervenciones, ya que uno de los grandes riesgos que puede conllevar esta intervención es la formación de un edema por la acumulación de líquido en tejidos del cuerpo, que puede ser provocado por la alta temperatura a la que se realiza. Eso sí, este riesgo no es nuevo, ya que en las operaciones convencionales para frenar la epilepsia también aparece.