El verano vuelve a traer bebidas refrescantes a la mesa de nuestras vacaciones: sandía, plátano, melón… todas las frutas caben en un congelador que se abre unos dos meses al año, que es lo que dura para muchos el tiempo estival en el calendario. Especialmente la sandía se convierte por motu proprio en una de las elecciones más deseadas por quienes quieren consumir algún batido natural que ayude a todos los niveles a sentirnos mejor. También, por qué no decirlo, a poder refrescarnos en época de tanto calor.
Son muchas las razones por las que siempre se puede empezar a comer sandía. Hay quien prefiere melón y quién la sandía, pero esta llamativa fruta roja con pepitas no hace sino invitarnos, con su estética tan voluminosa y su sabor tan suave, a incluirla de forma diaria en nuestra dieta rica y equilibrada.
La fruta siempre tiene un papel primordial, y ahí que se mueve la sandía a las mil maravillas para convertirse siempre en una de las frutas del verano. Otros ejemplos bien conocidos en esta etapa de calor responden a los nombres de:
- Aguacate
- Albaricoque
- Melocotón
- Breva
- Cereza
- Ciruela
- Frambuesa
- Melón
Receta para preparar un refrescante jugo de sandía este verano
Si quieres cocinar un buen batido frío de sandía este verano, no debes perder la oportunidad de conseguir esta fruta en el supermercado de confianza que elijas. Se añade además a la circunstancia de que esta fruta suele gozar de una fama espectacular dentro de las fruterías, pese a los precios de la inflación.
Para preparar un exquisito jugo de sandía este verano, deberás cortar un cuarto de sandía grande, tomar el jugo de un limón, un trozo de hielo y dos tazas de agua, además de echar azúcar siempre con moderación. En la licuadora todo se unirá y quedará un jugo de sandía fresco y saludable.
Los grandes beneficios de tomar sandía
Como decimos, el tiempo estival se presenta como una opción única para poder disfrutar de todas las ventajas que ofrece este alimento. Las indudables propiedades se suman a su baja presencia o nula de calorías, algo que nuestro organismo siempre agradece. Y tiene la sandía la fortuna de ser rica en vegetales y ser baja en carbohidratos y grasas.
El agua es el gran secreto mal escondido de la sandía, que nos hidrata casi tanto como un vaso, en una afirmación no exenta de exageración. Pero cuenta con ese plus del sabor añadido que nos permite conocer más acerca de sus grandes beneficios, no sólo a nivel circulatorio, sino también a nivel digestivo, ya que colabora directamente con el metabolismo y el apetito.