La mayoría de personas en España suele confundir dos términos similares, pero que realmente presentan importantes diferencias en cuanto a su significado. Hablamos de la prejubilación y la jubilación anticipada. Si bien, es importante que los ciudadanos sepan distinguir entre ambos elementos, ya que son de gran interés en relación a su retiro de la vida laboral.
En este sentido, la principal diferencia es que la jubilación anticipada permite acceder antes de la edad ordinaria de jubilación a la pensión contributiva que corresponda al ciudadano en función de sus cotizaciones a la Seguridad Social. Así, la jubilación anticipada se rige bajo las normas establecidas por el sistema español de pensiones.
Sin embargo, la prejubilación no guarda relación con la Seguridad Social. Concretamente, la prejubilación consiste en un acuerdo entre la empresa y el trabajador para poner fin a su relación laboral de forma que el empleado pueda acceder a la edad legal de jubilación con unas condiciones económicas idénticas o similares a las que tenía cuando ejercía su profesión.
Cómo acceder a la prejubilación
La prejubilación es un proceso de acuerdo en el que interviene el trabajador y la empresa, sin que la Seguridad Social juegue ningún tipo de papel. Así, la empresa tiene la responsabilidad de establecer las condiciones en las que se produce la prejubilación del trabajador, ya que constituye una situación de transición entre la vida laboral activa y la condición de pensionista de la Seguridad Social.
Existen numerosas situaciones que pueden propiciar la prejubilación del trabajador. No obstante, por norma general, la prejubilación se acuerda con aquellos trabajadores que presentan edades cercanas a la edad de jubilación anticipada o la edad de jubilación ordinaria vigente en cada momento. Si bien, no existe un mínimo de edad por ley para acogerse a la prejubilación.
Así, en 2022, la edad ordinaria de jubilación es de 66 años y dos meses para los trabajadores que hayan cotizado menos de 37 años y seis meses a la Seguridad Social. Por su parte, la edad ordinaria de jubilación también es de 65 años para las personas con una cotización igual o superior a 37 años y seis meses.
Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente, la prejubilación de un trabajador en una empresa se suele ofrecer a los trabajadores mayores de 55 años y que presenten una importante antigüedad en la propia empresa. Además, también se considera como condición clave el número de años cotizados a la Seguridad Social.
¿Cuánto se cobra?
Por norma general, al acceder a la prejubilación, la empresa paga al trabajador un porcentaje de su sueldo habitual, que oscila entre el 60% y el 80%, en función del acuerdo al que se haya llegado entre ambas partes. En determinadas situaciones, es posible que la empresa ofrezca una compensación económica del 100%.
A la hora de establecer el porcentaje de compensación económica, la empresa valora diferentes factores. Entre ellos, se encuentra la edad del trabajador, antigüedad del empleado en la empresa, la duración en situación de prejubilación o los años cotizados a la Seguridad Social.
Además, el trabajador puede recibir la cuantía de prejubilación que le corresponda de una sola vez o de forma mensual. Desde BBVA argumentan que «la empresa suele colaborar en la formalización de un Convenio Especial del prejubilado con la Seguridad Social para ayudar a mantener sus cotizaciones con el fin de acceder a una pensión por jubilación adecuada a los salarios percibidos hasta el momento».