Los procesos de herencias y sucesiones suelen generar diferentes dudas entre los ciudadanos. Por norma general, la legislación española del Código Civil establece que los primeros herederos forzosos siempre son los hijos del fallecido. Posteriormente, en ausencia de éstos, se determina un orden concreto de herederos forzosos.
Si bien, una persona en España puede dejar toda su herencia o parte de su herencia a una persona que no sea familiar. Eso sí, para que pueda darse esta circunstancia, es obligatorio que se cumplan una serie de requisitos básicos.
Cómo dejar una herencia a una persona no familiar
El Código Civil español permite dejar toda la herencia a una persona no familiar. Para ello, es obligatorio que la persona fallecida no tenga herederos forzosos, como hijos, descendientes, ascendientes o cónyuge.
También es posible en caso de que el fallecido haya podido desheredar a su único hijo dentro de los motivos justificados por la legislación. En los procesos de herencia pueden darse múltiples variables.
Al respecto, los profesionales de ‘Conceptos Jurídicos’ informan que «si hay algún heredero forzoso, solo se podrá dejar en herencia a la persona no familiar la porción que la ley califica como de libre disposición, es decir, la que queda disponible después de respetar la legítima que corresponde a los herederos forzosos».
La herencia de cualquier persona se divide en tres tercios: Tercio de la legítima, tercio de mejor y tercio de libre disposición. En el tercio de libre disposición, el ciudadano puede nombrar como heredero a la persona que desee, siempre dentro de los límites que permita la legislación.
En cualquier caso, es importante recordar que cualquier persona tiene derecho a renunciar a una herencia. Sin embargo, la renuncia de la herencia debe hacerse en su totalidad. Es decir, una persona no puede renunciar a las deudas de la herencia y aceptar los bienes.
Nombrar en el testamento a una persona no familiar
El paso más importante para dejar toda la herencia o parte de ella a una persona no familiar es la redacción de un testamento. A través del testamento, el ciudadano podrá nombrar como heredero a la persona que desee, dentro de los límites descritos anteriormente.
Si una persona no realiza testamento, su herencia se repartirá en función del orden de herederos que establece el Código Civil. Los hijos de la persona fallecida siempre son el primer eslabón en la cadena de herederos forzosos.
Seguidamente, también resulta fundamental el nombramiento de un albacea. Esta persona tiene la responsabilidad de velar por el cumplimiento de las disposiciones que se recogen en el testamento.
Por otra parte, también resulta clave que el testamento se mantenga actualizado. Un testamento se puede modificar tantas veces como el testador quiera durante su vida. Eso sí, solamente tendrá validez la última actualización realizada en el documento.
Siguiendo todas estas pautas, es posible dejar toda la herencia o parte de ella a una persona no familiar. No obstante, todo depende de cada circunstancia particular y de las limitaciones que establece el Código Civil español.
Igualmente ocurre con el cónyuge. El cónyuge solamente puede donar la totalidad de la herencia en caso de que la persona fallecida no tenga hijos o descendientes ni padres o ascendientes.