El IRPF son las siglas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Se trata del tributo que deben pagar al Estado los ciudadanos residentes en España, y que grava la renta que se ha obtenido a lo largo de un año, teniendo en cuenta las circunstancias personales y familiares de cada persona. Pero, ¿por qué debe hacer el ciudadanos esta aportación? Por que así lo dispone la Constitución en su artículo 31, cuando establece que todos los ciudadanos deben contribuir al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica.
Para informar a Hacienda sobre la Renta que se percibe y calcular si se debe dinero de este tributo al Estado, o es el Estado quien se lo debe al contribuyente, existe lo que conocemos como declaración de la Renta. Una campaña con la que todos los contribuyentes deben cumplir, y que este año cuenta con los siguientes plazos:
- 2 de abril hasta el 30 de junio de 2025: presentación por Internet de las declaraciones de Renta y Patrimonio 2024.
- 6 de mayo hasta el 30 de junio de 2025: la Agencia Tributaria podrá confeccionarle su declaración de Renta 2024 por teléfono (solicitud de cita desde el 29 de abril hasta el 27 de junio).
- 2 de junio hasta el 30 de junio de 2025: la Agencia Tributaria podrá confeccionarle su declaración de Renta 2024 presencialmente en sus oficinas (solicitud de cita desde el 29 de mayo hasta el 27 de junio).
Esto es lo que se entiende por renta a efectos del IRPF
A la hora de calcular el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), debemos tener en cuenta lo que comprende la renta de una persona. En concreto, se trata del total de los rendimientos económicos, ganancias y pérdidas patrimoniales de una persona, además de las imputaciones de renta que se establezcan por la ley, con independencia del lugar donde se hubiesen producido y cualquiera que sea la residencia del pagador.
Tal y como establecen desde La Moncloa, en concreto, la renta comprende:
- Los rendimientos del trabajo: contraprestaciones o utilidades, dinerarias o en especie, que deriven, directa o indirectamente, del trabajo personal o de la relación laboral o estatutaria y no tengan el carácter de rendimientos de actividades económicas, como por ejemplo los sueldos y salarios, las prestaciones por desempleo o las pensiones).
- Los rendimientos del capital inmobiliario y mobiliario: contraprestaciones o utilidades, dinerarias o en especie, que provengan, directa o indirectamente, de elementos patrimoniales, bienes o derechos, que sean propiedad del contribuyente y que este no necesite para la obtención de los rendimientos empresariales o profesionales (al contrario de lo que ocurre, por ejemplo, con el inmueble donde el contribuyente realiza su actividad).
- Los rendimientos de las actividades económicas (por ejemplo, de fabricación, comercio o prestación de servicios, incluidas las de artesanía, agrícolas, forestales, ganaderas, pesqueras, de construcción, mineras, y el ejercicio de profesiones liberales, artísticas y deportivas).
- Las ganancias y pérdidas patrimoniales.
- Las imputaciones de renta que se establezcan por ley.
Cabe señalar, que no todo se somete a tributación, ya que existe un mínimo personal y familiar que, que se destina a cubrir las necesidades vitales del contribuyente y de las personas que de él dependen. Además, la legislación española así como la propia normativa de IRPF, también contemplan otros casos de rentan que quedan exentas de este tributo, es decir, no se puede invocar la exención fuera de los casos recogidos en las leyes.
Porcentaje de la Renta que vas a pagar por el IRPF en 2025
Pero, ¿Cómo se establece el porcentaje de la renta que se paga al Estado en concepto de IRPF? tal y como recogen desde La Moncloa, «el
Por tanto, establecen que esta renta general, tributa de acuerdo a una escala progresiva, es decir, el