Pirotecnia: Mientras unos disfrutan, otros huyen a una esquina

Niño tapándose los oídos al escuchar explotar un petardo

Niño con pirotecnia © Todo Disca

Llegan unas fechas en que una buena parte de la sociedad le gusta celebrar las navidades utilizando pirotecnia. El mal uso de ella y sobre todo en lugares donde residen personas y animales, hace que para muchos de ellos, la diversión de algunos sea el sufrimiento de otros.

Y es que los animales y algunas personas, sobre todo aquellas que son sensibles al ruido, pueden provocarle un tremendo terror al estruendo de la pirotecnia. En esta ocasión hablamos de niños y niñas con autismo.

Una de las principales características de estos niños es que padecen un desorden del procesamiento sensorial, tienen los sentidos exacerbados, y especialmente el oído, percibiendo los ruidos de manera aumentada. Son hipersensibles a los sonidos y a las luces, por lo que los espectáculos de fuegos artificiales se convierten en una auténtica tortura para ellos.

El estallido y estruendo de los fuegos artificiales y petardos, le generan un gran estrés y alteración, en los que muchos de ellos gritan, lloran, se tapan los oídos e incluso en ciertas ocasiones, se autolesionan por la crisis que le pueden provocar estas situaciones.

Las familias se preparan ante la llegada de estos días, incluso preparándoles para lo que pueden vivir e intentar minimizar los efectos. En otros casos no es posible y quienes puedan, deciden alejarse de la urbe para proteger a sus menores.

Por ello, antes de usarlo, piensa en todas aquellas personas y en especial los que tienen autismo. La diversión de algunos, no puede convertirse en el terror de otros.

 

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