Cuando hablamos de una pensión por incapacidad permanente debemos de tener en cuenta que dentro de este público se incluye a las personas que tienen discapacidad y que esa incapacidad les permite realizar sus funciones laborales, ya sea de forma parcial o total. A la hora de solicitarlo, todo se complica un poco más, ya que la persona interesada deberá de cumplir con una serie de requisitos.
Y es que, muchas veces estos requisitos no se cumplen y se deniegan multitud de solicitudes. Por ejemplo, en 2022 casi la mitad (40%) de las solicitudes de pensión por incapacidad permanente fueron denegadas.
Pero si a una personales deniega la incapacidad permanente, existen otras posibles prestaciones que puede solicitar. Un claro ejemplo de ella es la pensión por invalidez, que es una ayuda que se da a las personas con discapacidad que les impide ejercer su trabajo, mientras que la incapacidad permanente se otorga a las personas que quedan incapacitadas para trabajar como consecuencia de una enfermedad o accidente.
Una cosa que también la diferencian es el hecho de ser permanente, ya que en la invalidez no es necesario pero en la incapacidad sí. En este sentido, la pensión por invalidez se puede solicitar desde los 16 años de edad, mientras que la incapacidad permanente se puede solicitar a partir de los 18 años. Si hablamos de la cuantía de cada prestación, en el caso de la invalidez, va a depender del grado de discapacidad de la persona, mientras que en la incapacidad permanente depende del grado de incapacidad reconocido y de la base reguladora de la persona.
REQUISITOS PARA OBTENER LA PENSIÓN POR INVALIDEZ
Como hemos indicado, la persona que esté interesada en recibir una pensión por invalidez, deberá de cumplir una serie de requisitos, como son tener una discapacidad reconocida por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y una edad entre 16 y 65 años.
Por otro lado, cada persona deberá de presentar la solicitud y la documentación requerida. La documentación requerida deberá incluir el certificado de discapacidad, el informe médico que acredite la discapacidad y la declaración de ingresos. Finalmente, también será necesario pasar un proceso de evaluación.
Después recopilar toda la información, la Seguridad Social se centrará en el caso de cada persona y emitirá una resolución. Este proceso puede alargarse mucho, ya que resulta complejo y en muchas ocasiones ocurre que las personas que solicitan la pensión por invalidez acaban recurriendo la decisión porque se les ha denegado.
DENEGACIÓN DE LA PENSIÓN POR INVALIDEZ
Los expertos señalan que la denegación de la pensión por invalidez puede suponer un duro golpe para aquellas personas que la solicitan. Y es que esta es una manera de decirles que su discapacidad no es tan grave como para impedirles trabajar, aunque en muchos casos sí que lo es. Por eso, como hemos indicado, en muchas ocasiones se termina recurriendo la decisión porque se les ha denegado.
En muchas ocasiones, la denegación se puede deber a un problema de la Seguridad Social, ante el que la persona podrá interponer un recurso a la decisión y, en la mayoría de los casos, el recurso sí es aceptado.
Otro caso es que la denegación de la prestación se deba a que la discapacidad de la persona no se ajusta a los requisitos establecidos por la ley. En estos supuestos, la persona tendrá que intentar solicitar una pensión de incapacidad permanente por otras causas, como la jubilación por discapacidad o la incapacidad permanente por accidente.
El futuro de la pensión por invalidez pende de un hilo, ya que el Gobierno quiere cambiar el sistema de pensiones y va entre las afectadas.