Para obtener el reconocimiento de una incapacidad permanente en España es necesario demostrar una serie de secuelas y limitaciones para desarrollar una actividad laboral, que derivan de una lesión o enfermedad. Este hecho resulta más complejo cuando se trata de una ‘enfermedad invisible’.
Desde ‘Fidelitis’ explican que «las enfermedades invisibles son aquellas que no presentan signos externos evidentes, pero que pueden ser igual de incapacitantes que otras patologías físicas».
¿Qué son las enfermedades invisibles?
En muchas ocasiones, las solicitudes de incapacidad permanente por enfermedad invisible son rechazadas por el INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) por falta de pruebas objetivas. Conseguir una incapacidad permanente por enfermedad invisible es posible, aunque es necesario seguir un procedimiento específico.
Tal y como hemos señalado anteriormente, una enfermedad invisible es aquella que no puede observarse a simple vista, aunque puede generar un deterioro funcional grave. Así, estos son algunos ejemplos de enfermedades consideradas como ‘invisibles’:
- Síndrome de fatiga crónica (EM/SFC).
- Trastornos de ansiedad severa o depresión mayor.
- Trastornos del espectro autista (TEA) en adultos.
- Migrañas incapacitantes.
- Fibromialgia.
- Dolor crónico generalizado.
- Síndrome de piernas inquietas.
- Trastornos del sueño con afectación funcional.
- Sensibilidad química múltiple.
Cuando se solicita una incapacidad permanente a causa de una enfermedad de este tipo, el desafío se encuentra en demostrar el impacto que genera en la vida laboral del trabajador. Por tanto, no solamente basta con el diagnóstico de la propia patología.
Sobre este asunto, desde ‘Fidelitis’ argumentan que «el INSS no concede una pensión por incapacidad permanente por el simple hecho de padecer una enfermedad, sino por la existencia de limitaciones funcionales permanentes que impiden desempeñar el trabajo habitual o cualquier otro».
Cómo demostrar una enfermedad invisible para una incapacidad permanente
La clave para demostrar una enfermedad invisible en una solicitud de incapacidad permanente se basa en los informes médicos detallados. En este sentido, es necesario contar con un informe médico de un especialista en la patología concreta.
Dicho informe debe recoger los siguientes elementos para obtener una incapacidad permanente en España:
- La evolución de la patología.
- Recaídas frecuentes.
- Tratamientos aplicados al paciente y su falta de eficacia.
- Y lo más importante, las limitaciones específicas que genera la enfermedad y que impiden al paciente trabajar con normalidad.
De este modo, es imprescindible que dichos informes médicos se acompañen de exploraciones funcionales, escalas de valoración, test psicológicos o cualquier prueba que permita demostrar la afectación de la patología en la capacidad laboral del trabajador.
En determinadas ocasiones, junto con los informes médicos del sistema público de salud, es recomendable presentar un informe médico pericial independiente. El informe médico pericial puede ser clave para conseguir la incapacidad permanente.
Cuantas más pruebas complementarias se presenten mayores probabilidades habrá de obtener la incapacidad permanente solicitada y demostrar los efectos de la enfermedad ‘invisible’ en la capacidad laboral del trabajador.
Relacionado con este último punto, resulta fundamental justificar la incapacidad permanente en función del trabajo habitual que realiza el paciente. Es decir, es importante explicar en qué consiste su trabajo habitual, qué tareas desarrolla normalmente y por qué los síntomas de dicha patología generan una limitación para el desempeño de la actividad laboral.
A pesar de seguir todos estos pasos, el INSS puede denegar la solicitud de incapacidad permanente por ‘enfermedad invisible’. Ante ello, el trabajador dispone de Reclamación Previa primero y de la vía judicial después para seguir luchando por la pensión de incapacidad permanente.