Pablo Pineda, no necesita casi presentación, un rostro conocido que ha llegado a lo más alto de su popularidad gracias a su esfuerzo y trabajo que le ha llevado a convertirse en el primer diplomado europeo con síndrome de Down, también a ser actor galardonado con la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián en 2009 y a ser embajador de la Fundación Adecco, con la que ha recorrido la mayor parte del territorio nacional y parte del internacional normalizando la discapacidad a su paso.
Pablo se define a sí mismo como una persona vitalista que disfruta de lo que hace, optimista y sobre todo sensible. En el año 2020, cumplirá 10 años en la entidad, los mismos que lleva intentando concienciar a las empresas y a la sociedad sobre la importancia de la formación y el empleo para las personas con discapacidad y la necesidad de eliminar los prejuicios y estereotipos en la sociedad para lograrlo.
Su camino no ha sido fácil, pero ha conseguido abrir camino a otras personas con discapacidad, y eso para él supone una gran responsabilidad. Su mayor deseo es que formativamente lleguen a lo más alto y que no haya ninguna limitación que se lo impida.
Para ello, hay que tener en cuenta el Ciclo de la Inclusión, porque hace que todos los agentes sociales se comprometan a dejar las palabras atrás, para centrarse en los hechos, orientándose a buscar activamente la plena inclusión en todos los aspectos sin excluir ninguno.
La plena inclusión significa el final de tantos años de exclusión
Para las personas con discapacidad, la plena inclusión significa el final de tantos años de exclusión, el que por fin la sociedad acepte a las personas tal y como son, y no como el imaginario colectivo desea que sean, también significa dar la oportunidad de mostrar al mundo la valía de las personas, proporcionando autoestima y confiriendo el poder de formar parte de la sociedad.
También la plena inclusión, significa para la sociedad el final de un sistema social basado en la discriminación, la conmiseración y la desconfianza sin pasar por alto el miedo a la diferencia, el ver que la diversidad enriquece a una sociedad, una sociedad que no se hace con personas homogéneas, sino heterogéneas.
La plena inclusión, representada por Pablo Pineda a la perfección, viene definida por el color verde, que a nuestro protagonista le inspira esperanza en una sociedad mejor, más justa, inclusiva y solidaria en el que no haya colectivos sino personas, personas iguales y con derechos.