Sacar dinero del cajero automático es una práctica habitual que casi todos los mortales hacemos. Pero al igual que otro tipo de tecnología, está sujeta a cualquier tipo de contratiempo, más allá de la obsolescencia, y debemos hacer todo cuanto esté en nuestra mano para que eso no afecte directamente a nuestros ahorros.
¿Cómo? Pues sabiendo cómo debes actuar en el caso de que finalmente tu entidad financiera se trague el dinero que estás pretendiendo sacar. Porque eso puede ocurrirnos a cualquiera cualquier día y, por ejemplo, fastidiarnos un día.
Todo depende de diversos factores y no debemos obviar ninguno de ellos, porque se trata de una situación incómoda que nos puede dejar en fuera de juego. A la hora de extraer los billetes que queramos sacar, siempre con el límite marcado por los propios bancos, y también con el que marca Hacienda antes de encender sus alertas, debemos tener en cuenta que hay un mecanismo de protección que lo que busca es que ese dinero no se quede en la boca del propio cajero y venga cualquier persona de la calle a cogerlo.
¿Se puede reclamar un dinero en efectivo que no hemos recogido?
La Asociación de usuarios de bancos, cajas y seguros (Adicae) asegura que siempre que la operación haya quedado registrada en el sistema, con su correspondiente reducción de saldo en una cuenta bancaria, se puede solicitar la devolución del efectivo.
Así que sí, se puede reclamar, y además muchas asociaciones de consumidores instan a hacerlo, porque no podemos dar ni mucho menos por perdido un dinero que es nuestro y no ha sido recogido. Si además hemos intentado sacar ese dinero en un horario de atención al cliente, lo mejor es preguntar directamente al personal bancario que seguramente nos ofrecerá asistencia inmediata y podremos recibir el dinero ipso facto.
¿Se puede trucar un cajero?
Hay constancia de casos de personas que han conseguido trampear un cajero con el objetivo de quedarse el dinero. De esta forma, entidades bancarias han luchado por preservar la seguridad y la integridad de los ahorros de sus consumidores.
Yendo más allá, la Adicae sostiene que hay que avisar rápidamente a nuestro banco para que se cancele la tarjeta en caso de que nos la roben. El artículo 32 de la Ley de Servicios de Pago apunta señala que el usuario responderá a los primeros 150 euros defraudados.
Si lo que se ha robado es el dinero recién retirado, aquí hay ya un problema algo más complejo, porque hablamos de un hurto en plena vía pública, así que el cajero ya ha cumplido la función de ofrecernos el dinero.