En la vida hay cosas que no se pueden fallar y una es el jamón ibérico. ¿Sabemos bien cómo debemos elegir esta pieza tan preciada, que puede servirnos para cualquier época del año? Pues la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha querido facilitarnos las cosas para que nos convirtamos en verdaderos maestros jamoneros y elegir el mejor para que nos acompañe en nuestros mejores momentos.
¿Cuál es el gran secreto del jamón ibérico? Pues como todo el mundo sabe, que proviene de un cerdo ibérico, donde radica la diferencia de cualquier otro tipo de jamón serrano. Así lo fija la OCU, y así lo fijan todas las personas especializadas en este producto que es, sin duda, una de las joyas de la corona gastronómica española.
Nada se consiguió ni se celebró sin tomar antes una buena tapita de jamón ibérico. De ahí que la OCU quiera advertirnos acerca de la importancia de saber acertar con la mejor pata.
Cómo se lee la etiqueta del jamón ibérico según la OCU
Normalmente es la madre del cerdo la que tiene raza ibérica, pero ¿sabes qué pasa con el padre? Depende de lo que ponga la etiqueta:
- Ibérico 100%, es decir, tanto el padre como la madre son de raza ibérica certificada
- Luego está el Ibérico al 50%, donde la madre es de raza ibérica 100% certificada y el padre es de raza Duroc, un tipo de cerdos parecidos al ibérico
- Finalmente encontramos el Ibérico 75%, que es la madre es de raza ibérica 100% certificada y el padre 50% ibérico.
Explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que el porcentaje de ibérico tiene que figurar obligatoriamente junto con la palabra «ibérico» en la etiqueta y en un tamaño casi igual de grande y visible.
¿Cómo se diferencia en la etiqueta si un jamón ibérico es bueno o de calidad superior?
Ahora bien, la OCU fija que la alimentación de los cerdos es elemental para saber la cantidad de grasa que guardan en su masa muscular.
Y debemos saber qué es lo que nos comemos, tenemos derechos como consumidores. De ahí que los grandes productores de jamón ibérico deban diferenciar entre tres claves que lo cambian todo.
En primer lugar, si es de cebo. Jamones de animales que han sido criados con piensos de cereales y leguminosas, y cuyo precio ronda los 64 euros. Digamos que es un jamón ibérico de gama baja.
Luego está el cebo de campo, el jamón de cerdos que pasan buena parte de su vida al aire libre, siendo de gama media y con un precio mayor que el anterior. Sacrificado a los doce meses.
Por último, el jamón ibérico de bellota, que se alimenta sólo de lo que encuentra en una dehesa, y se sacrifican los cerdos a los 14 meses. Se puede pagar entre 149 euros del ibérico 50% y 234 euros el kilo del ibérico 100%.