La Dirección General de Tráfico (DGT), es la entidad encargada no solo de gestionar la normativa para acceder al carnet de conducir, sino de evaluar a los futuros conductores y comprobar si son actos o no, para esta actividad. Cabe señalar, que la conducción es una acción que necesita de conocimientos, pero también de aptitudes y responsabilidad al volante. Pues no solo debemos conocer cómo manejar un vehículo, sino la normativa y señales de circulación, así como tener los reflejos suficientes ante posibles imprevistos.
Bien es cierto, que es una actividad bastante común en la actualidad. Los jóvenes ansían cumplir los 18 años para acudir a sacarse el carnet de conducir. Y es que es cierto, que este permiso te otorga libertad de movimiento, así como oportunidades para poder acceder a un sector laboral importante. Sin embargo, la DGT no ceja en el empeño de recordar los peligros que la conducción entraña, así como la importancia de cumplir con el reglamento establecido. Pues en ocasiones, se olvida la peligrosidad por ser una acción precisamente habitual.
La importancia de las capacidades para conducir
Es precisamente por ese trabajo continuo que la DGT realiza para mantener la seguridad en las carreteras, que el proceso para poder conducir no finaliza una vez apruebas los exámenes. Cabe recordar, que este primer proceso consta de tres partes: Un examen teórico, uno práctico y una evaluación médica. Pues bien, aunque los exámenes solo se realizan para ese primer aprobado, la DGT hace un seguimiento constante para cerciorarse de las capacidades del conductor.
¿Cómo? Mediante evaluaciones médicas. Pues a pesar de que los conocimientos son importantes para conducir, estos, una vez se adquieren, se interiorizan y no suele hacer falta reaprenderlos. Aun así, la DGT realiza campañas informativas si lleva a cabo algún cambio en la normativa. Por tanto, lo que la entidad de tráfico considera que es fundamental para mantener el permiso para conducir, es tener todas las capacidades plenas.
Para cerciorarse de esto, obliga a los conductores a renovar el carnet de conducir cada cierto tiempo, de tal modo, que pasen una evaluación médica que certifique que sigue contando con las facultades necesarias para conducir. Cabe señalar, desde los 18 años y hasta los 65, el carnet de conducir se renueva cada diez años, y a partir de dicha edad, cada cinco. Si el conductor presentara alguna patología que pudiese afectar en el futuro, la DGT le establecería un control más periódico.
Novedades de la DGT para renovar el carnet en 2025
Debido a la necesidad que la DGT encuentra en que los conductores estén en plenas facultades para conducir, ha introducido una serie de novedades para poner en marcha en 2025. Estas giran en torno a la salud, y es que en muchas ocasiones, las enfermedades hacen que se pierdan capacidades sin las que es peligroso conducir.
Por ello, la Dirección General de Tráfico (DGT), ha realizado un listado con las enfermedades con las que a partir de 2025, no se podrá renovar el carnet de conducir. No obstante, será la entidad de tráfico junto a sus profesionales médicos los que determinen el grado de la enfermedad y la capacidad de cada persona. En cualquier caso, la lista señalada es la siguiente:
- Enfermedades degenerativas, neurológicas y crónicas.
- Demencia o trastorno de ansiedad.
- Trastorno de la personalidad.
- Depresión.
- Trastornos del sueño.
- Trastorno obsesivo-compulsivo.
- Trastorno del desarrollo intelectual.
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
- Problemas vasculares.
- Alzheimer.
- Parkinson.
- Esclerosis lateral amiotrófica
- Disección.
- Aneurisma de grandes vasos.
- Enfermedades cardíacas.
- Arritmias.
- Infarto agudo de miocardio.
- Prótesis valvulares.
- Marcapasos.
- Desfibrilador automático.
- Enfermedades neurológicas.
- Crisis o pérdida de conciencia.
- Epilepsia.
- Accidente isquémico transitorio.
- Enfermedades endocrinas.
- Hipotiroidismo y paratiroides.
- Diabetes mellitus insulinodependiente.
- Enfermedades digestivas.
- Trasplante renal.
- Nefropatía con diálisis.
- Enfermedades respiratorias.
- Apnea del sueño.
- Enfermedades oncológicas.
- Trastornos oncohemáticos.
- Dolencias oncológicas.