La pensión contributiva por desempleo, conocida comúnmente como paro, es una prestación económica que reciben aquellas personas que pudiendo y queriendo trabajar, han perdido su empleo de forma definitiva o temporal. Es decir, es una retribución económica que ayuda durante un tiempo al trabajador que se queda sin empleo, para que pueda mantenerse mientras vuelve al mercado laboral. Una ayuda que si bien no es tanta, porque se autoabastece de las cotizaciones de estas personas mientras han estado en activo.
Y es que todo trabajador tiene derecho a una prestación económica cuando se queda sin empleo, siempre que haya cotizado el tiempo suficiente a la Seguridad Social. Esto al menos para percibir la prestación contributiva o paro. Pero además, hay otros requisitos que son fundamentales para poder cobrar esta prestación, de lo contrario, la persona en situación de desempleo debe buscar otras alternativas, entre las que se pueden encontrar los subsidios por desempleo o el Ingreso Mínimo Vital.
La prestación más beneficiosa
Son muchas las razones por las que la prestación contributiva por desempleo o paro es la más ventajosa de las ayudas cuando no tienes un trabajo con el que acceder a un salario. Para empezar, porque suele ser las más cuantiosa económicamente, ya que es un porcentaje del salario base que tenía el trabajador. Del mismo modo, es una ventaja el tiempo que se percibe, pues también suele ser superior a cualquier otro subsidio por desempleo.
Es precisamente por ser la más codiciada, que es también la más complicada de conseguir, o más bien, la que cuenta con los requisitos más exigentes. Este factor tiene sentido, pues de algún modo, el sistema apoya a aquellas personas que más han aportado a las arcas del Estado y durante más tiempo. Por tanto, debe corresponder a estas personas y asegurarse que son los primeros a los que se les ayuda llegado el momento.
Cabe recordar, que hasta ahora, la mayor parte de subsidios por desempleo que existen, que no son el paro, tienen una cuantía en torno a los 480 euros. Del mismo modo, el tiempo durante el que se puede percibir no suele ser mayor a los 180 días. Por tanto, es una opción que debe existir para quienes siguen intentando volver al mercado laboral, pero no cumplen los requisitos para cobrar el paro.
Requisitos para no perder la prestación contributiva por desempleo
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), establece que los requisitos exigidos para poder acceder a la prestación contributiva por desempleo, son:
- Estar afiliado y en situación de alta o asimilada al alta en la Seguridad Social en un régimen que contemple la contingencia por desempleo.
- Encontrarse en situación legal de desempleo, estar en búsqueda activa de empleo y haber firmado la el acuerdo de actividad.
- Estar inscrito y mantener la inscripción como demandante de empleo durante todo el periodo en que se percibe la prestación.
- Haber trabajado y cotizado a la Seguridad Social durante al menos 360 días dentro de los 6 años anteriores a la situación legal de desempleo o al momento en que cesó la obligación de cotizar
- En el caso de la persona emigrante retornada que cotizó al desempleo en España antes de emigrar, deberá tener cubierto un periodo mínimo de cotización de 360 días dentro de los 6 años anteriores a la fecha de emigración, siempre que no hayan sido computados para el nacimiento de un derecho anterior. Además, no deberá estar percibiendo la prestación por desempleo en ningún otro Estado del Espacio Económico Europeo o Suiza.
- Si es persona trabajadora eventual agraria que, inmediatamente antes, figuró de alta en Seguridad Social dentro del colectivo de trabajadores autónomos o por cuenta propia, el período mínimo de cotización necesario para el acceso a la prestación por desempleo será de 720 días.
- No haber cumplido la edad ordinaria para jubilarse.
- No realizar una actividad por cuenta propia o trabajo por cuenta ajena a tiempo completo, salvo que sea posible la compatibilidad si lo establece un programa de fomento de empleo.
- No cobrar una pensión de la Seguridad Social incompatible con el trabajo.