Niños con autismo y la importancia de los gatos

Un nueva investigación demuestra que los niños y niñas con autismo mejorar y aumentan su empatía con los gatos

Niño con autismo junto a un gato

Un nuevo estudio ha mostrado evidencia de que existen beneficios en el vínculo entre niños con autismo y los gatos. Siempre se ha dicho que la interacción entre animales y personas con trastornos ha sido buena, puesto que genera tranquilidad en los pacientes. Sobre todo en niños y niñas.

Así lo afirmaba Gretchen Carlisle, enfermera en escuelas públicas de Columbia. En la actualidad es científica del Centro de Investigación de la Universidad de Missouri para la Interacción Humano-Animal (ReCHAI). Ahora se encuentra en una investigación sobre los beneficios que los animales de compañía pueden producir en las familias.

Y una de las pesquisas sobre la investigación muestra que los niños y niñas con autismo mejoran gracias a su vinculo con los animales. En este caso, Carlisle asegura que los pequeños con trastornos del espectro autista (TEA) aumentan su empatía con los gatos. Además, estos animales disminuyen la ansiedad por separación. Aunque esta hipótesis no es del todo conocida y se sabe poco sobre ella.

Según la experta, este es un aspecto que se debería de tener en cuenta a la hora de adoptar un animal de compañía para su hijo. «Investigaciones anteriores demostraron que los padres de niños con autismo están más estresados ​​que los padres de niños con cualquier otra discapacidad», afirmaba Carlisle.

El estudio sobre el autismo

La científica quiere obtener como objetivo de su trabajo el impacto de la adopción de los gatos por parte de familias con niños con autismo. Para ello, su equipo de trabajo examinó el temperamento de los gatos para asegurarse de que estuvieran tranquilos y fueran una buena pareja para la familia.

El nombre de la investigación fue «Estudio exploratorio de adopción de gatos en familias de niños con autismo: impacto en las habilidades sociales y la ansiedad de los niños». Dicho trabajo, primero en indagar sobre este tema, fue publicado en la revista Journal of Pediatric Nursing

Para ello, varias familias asignadas al grupo de tratamiento adoptaron un gato. Fueron estudiadas durante 18 semanas. Por otro lado, aquellas que integraban el grupo de control fueron monitoreadas por un tiempo similar sin ninguna intervención, para luego sí pasar al tratamiento mediante la adopción de un gato y fueron seguidas durante otras 18 semanas.

Las familias que utilizaron para el estudio tenían niños o niñas con autismo de 6 a 14 años. Para ello, no solo se utilizó un vínculo instantáneo entre sus hijos con autismo y los nuevos integrantes, sino que esa unión se mantuvo fuerte a lo largo del tiempo y la ansiedad de los chicos disminuyó con el tiempo.

«Descubrimos que el principal beneficio de estos animales de compañía es su aceptación incondicional», afirmó Carlisle.

«Algunos niños con autismo pueden tener problemas sensoriales o ser sensibles a los ruidos fuertes, por lo que un gato puede ser una mascota apropiada y reconfortante para algunas familias, debido a su presencia tranquilizadora», decía la experta.

Un impulso para los pequeños

El estudio mostró los beneficios de la interacción entre humanos y animales. Además, señalaba que los gatos son un impulso para los más pequeños.

«Como ex enfermera pediátrica, siempre me esforcé por ayudar a los niños», señalaba la experta. En toda su carrera, aprendió a que «es necesario involucrar a los padres para que puedan tomar decisiones informadas para sus hijos», subrayó. «Veo a las mascotas como una forma de mejorar el bienestar, y es gratificante brindar asistencia a las familias», concluyó la experta.

Para poder realizar el estudio, han contado con fondos proporcionados por el Human Animal Bond Research Institute y la Winn Feline Foundation.

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