Cuando parece que en muchos casos hemos perdido la esperanza en el mundo en qué vivimos, llega ese brillo de esperanza que nos hace recuperar la fe en las personas. Este es el caso del precioso gesto que tuvo un juez de un concurso canino con una pequeña con autismo.
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Durante una competencia canina del American Kennel Club (AKC) ocurrió un gesto que sacó la sonrisa de todos los allí presentes. Uno de los jueces de la exposición quiso que una niña con autismo mostrara a su perro de peluche como si fuese una concursante más, con el principal objetivo de que la pequeña se sintiese incluida.
Tal y como grabaron los asistentes al concurso, el juez inspeccionó al perro como si se tratase de uno de verdad, y siguiendo el protocolo indico a la pequeña que podía comenzar.
Con una felicidad imposible de disimular, la niña dio comienzo la prueba junto a su juguete de peluche. De esta manera, el juez regaló este momento que le costará olvidar a una pequeña que se sentía más incluida que nunca.
Ambos corrieron con el perro y no solo le regaló un emotivo episodio, sino que además se divirtieron un montón realizando la prueba. Finalmente el juez, vestido de completo rosa, le dio un gran abrazo a la pequeña, ante la emoción visiblemente palpable en el rostro de la menor.
Un simple gesto, algo que no cuesta nada, como dejar competir a una niña con su perro de peluche, nos de muestra que la empatía y la humanidad son dos de las grandes cosas que todavía permanecen en el interior de las personas.