Un buen remedio casero es el que te soluciona un problema con ingredientes que tienes por casa, de forma natural y sin que te cueste una cantidad desorbitada de dinero. No se trata de un milagro como a veces nos hacen creer. No es una solución mágica a un problema complicado, de hecho, siempre que intenten venderte algo así, lo mejor será huir. Sin embargo, cumpliendo las tres primeras premisas, ya cuenta con una buena base para confiar en que puede funcionar.
Esto significa, que un remedio casero sirve para un problema leve, ya sea de salud de la persona, un animal o de una cosa. Pues existen remedios caseros para acabar con la tos, así como para evitar que tu perro muerda cosas en casa, como para una limpieza exhaustiva de algo complicado. En cualquier caso, recuerda, un remedio casero debe ser sencillo, para problemas leves, con ingredientes fáciles de conseguir y sobre todo, barato.
Acaba con la humedad de tu casa con este remedio casero
Buscar un remedio casero cuando tenemos un problema, es una práctica que llevamos los españoles muy arraigada. Quizás la idiosincrasia tan familiar con la que crecemos la mayoría, nos acerca en muchas ocasiones a esa sabiduría tan rica de nuestros mayor. Y qué mejor fuente de remedios caseros. ¿Cuál es tu problema? Seguro que una abuela, padre, hermano, vecina o amiga, tiene una solución. No siempre tiene que ser la mejor, pero por lo habitual, la sabiduría popular, es una gran fuente de la que beber (Con cabeza).
Uno de esos quebraderos de cabeza que tiene solución con un remedio casero, son las manchas de humedad que aparecen en casa. Esas manchas negras que se pegan a paredes y quicios de puertas y ventanas, y dan un aspecto de suciedad que en realidad, no es tal. Sin embargo, es habitual sufrir la humedad sobre todo en zonas donde las precipitaciones son frecuentes, o hay una fuente de agua cerca, y las casas no están acondicionadas para soportarlo.
No obstante, este remedio casero se puede poner en marcha en cualquier casa que por unos días de lluvia, se hayan llenado de humedad. Para ello, solo necesitas un ingrediente: Bicarbonato de sodio. Un producto muy habitual en los hogares de España tanto para trucos de limpieza, como para afrontar dolencias estomacales. Pero, ¿Cómo evitamos la humedad? Basta con poner recipientes de bicarbonato en las zonas más húmedas, y olvidarse de este problema.
Bicarbonato de sodio: Gran aliado contra la humedad
El bicarbonato de sodio es uno de los ingredientes más frecuente de cualquier remedio casero que a la limpieza del hogar se refiera. Y es que se trata de un ingrediente barato y con muchas opciones de uso. Por ejemplo, para evitar la humedad, como ya hemos adelantado, basta con poner recipientes con bicarbonato por las zonas más húmedas de la casa, incluyendo lugares cerrados como armarios. Verás como además de evitar la humedad, elimina los malos olores.
Pero también sirve para limpiar las manchas una vez han salido. De hecho, otro buen truco es echar bicarbonato en las manchas y dejarlo actuar unas horas. Este ingrediente absorberá la humedad, y te permitirá que una vez transcurrido el tiempo, lo puedas limpiar sin problema frotando con un paño y secándolo especialmente bien.
No obstante, siempre es recomendable encontrar el origen de la humedad. Pues puede que sea ocasionado por agentes externos incontrolables, pero otras veces, puede deberse a una tubería rota o a alguna corriente de agua que pasa por esa zona de la pared, y provoca la humedad. Pues si hay un motivo, es mejor atajarlo para erradicarlo completamente.