En primer lugar hay que tener claro que solo tú eres dueño de tus ahorros. Esto significa, que eres libre de tener el dinero en efectivo en tu casa o en una cuenta bancaria. Es cuestión de que valores los pros y los contras y decidas qué es lo mejor para ti. Si algo está claro, es que en tu casa no tienes límite de dinero que puedes tener almacenado, pero, ¿Cuál es el máximo de dinero que puedes tener en una cuenta bancaria?
Una cuenta bancaria no es fundamental para guardar tus ahorros, pero te será imposible no tenerla para domiciliar tus gastos o recibir la nómina. Y es que hoy en día, la mayoría de los pagos habituales van domiciliados a una cuenta, ya sean de suministros del hogar o de pagos de compra de algún dispositivo. Sin embargo, es un producto bancario de lo más básico. Esto significa que sí, que cumple su función, pero que no nos reporta nada, ningún beneficio.
Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cree que hay una forma mejor de utilizar los servicios financieros. En un estudio publicado a través de su portal web indican que existe un importe aproximado de cuánto debería tener cada persona en su cuenta bancaria. Esta previsión está calculada de cara a que los usuarios saquen rentabilidad de sus cuentas. Es cuestión de mantener un equilibrio entre rentabilizar y tener tranquilidad financiera.
Por tanto, la estrategia emitida desde la OCU no está enfocada únicamente a tener una mejor economía personal y bien saneada, sino que tiene el objetivo complementario de aumentar los ahorros de esas cuentas bancarias a largo plazo. De este modo, pretenden evitar que el dinero se quede estancado y el cliente no obtenga ninguna rentabilidad de ello.
EL DINERO EN EFECTIVO GUARDADO DEPENDE DE LO QUE COBRES
Tener dinero en efectivo en casa no es habitual hoy en día, al menos, no todo. Lo normal, es confiar en el banco para salvaguardar tus ganancias. De la forma más básica, es normal tener una cuenta bancaria al menos para recibir tus ingresos. Es decir, la nómina de tu trabajo, tu pensión o cualquier tipo de subsidio o ayuda que recibas. El saldo de esta cuenta variará en función de los gastos mensuales que el cliente tenga. Esto significa, que solo es posible que ahorres si tienes pocos gastos.
Sin embargo, este método de ahorro no es el más rentable. Pues el consejo de la OCU es que esta cuenta sea exclusivamente para recibir tus ingresos y tener previstos los pagos habituales de cada mes. ¿Qué significa esto? Según esta organización, no deberías tener en tu cuenta bancaria más dinero del correspondiente a tres meses de sueldo. Es decir, que si cobras 1.100 euros, el saldo de tu cuenta debería ser de 3.300 euros, nada más.
Pero, ¿Por qué solo esta cantidad? Y sobre todo, ¿Para qué se destina este dinero? En materia económica denominaríamos a este saldo de la cuenta como reserva de liquidez. Esto significa, que se trata de un dinero destinado para cualquier momento en que necesites dinero en efectivo o que tengas emergencia que cubrir. El hecho de contar siempre con tres mensualidades aproximadamente, es que nunca dejes tan poco dinero que puedas entrar en números rojos y tengas que pagar comisión al banco. Por tanto, se trata de mantener siempre la misma cuantía.
QUÉ OCURRE CON EL DINERO AHORRADO
Si en la cuenta bancaria solo dejamos el equivalente a la suma de dinero de tres meses de sueldo, la pregunta es, ¿Qué ocurre con el resto del dinero? La idea es contratar algún servicio financiero con el que sacarle rentabilidad. La primera pregunta para decidir cuál es tu mejor opción, es si necesitas ver resultados a corto plazo o prefieres que sea a largo plazo. En el primero de los casos, una opción es invertir en un depósito a un plazo de un año.
Sin embargo, si tu idea es ahorra a largo plazo, la OCU indica que «el dinero que no tenemos previsto tocar en los próximos cinco o diez años, puedes obtener algo más de rentabilidad, sabiendo que habrá temporadas en las que sufras algunas pérdidas». No obstante, marca una cantidad. Es importante valorar que si tienes en una cuenta más de 100.000 euros, lo recomendable es repartirlo entre distintos bancos para no arriesgarte a perderlo todo en caso de que alguna entidad quiebre.