José Luis Izquierdo, más conocido por su nombre artístico Mago More, es conferenciante, escritor, empresario y presentador. Al margen de su polifacética vida profesional, compagina su trabajo con su implicación en diferentes iniciativas solidarias. More conoce de primera mano el mundo de la discapacidad, pues su hijo Marcos tiene parálisis cerebral.
Sin duda, aporta gran valor a esta IV Edición de los Premios OTIS ‘Por un mundo sin barreras’ ejerciendo de Jurado de Honor. Una edición cuyo plazo de presentación de candidaturas aún permanece abierto hasta el 30 de septiembre.
Como miembro del Jurado de Honor de la IV Edición de los Premios OTIS ‘Por un mundo sin barreras’, ¿qué esperas de los proyectos que se presentan este año?
Mago More: Creo que lo que esperamos todos es que sumen a la sociedad. Por eso son tan importantes estas iniciativas. Muchas veces son proyectos que se quedan muertos en la orilla o varados, que son ideas fantásticas pero que, o bien por falta de ayuda o bien de comunicación, no logran salir. Es importante que se dé visibilidad a todo este tipo de iniciativas.
A menudo comentas que el nacimiento de su hijo con parálisis cerebral cambió tu vida por completo. En este sentido, ¿qué barreras sociales, como las que intentan erradicar los finalistas de los Premios OTIS, has encontrado durante estos años?
Mago More: Cuando vives una discapacidad, tanto física como cognitiva, en primera persona te das cuenta de muchas cosas. Yo ya colaboraba con entidades sociales y con ONG, pero tenerlo en casa es muy duro.
En mi caso soy muy afortunado, siempre lo he dicho. El colegio de mi hijo con parálisis cerebral está a menos de 1 km de mi casa, económicamente voy bien y puedo darle una vida cómoda, pero tener un niño así es tremendamente desgastante, tanto a nivel físico, psíquico y económico. Por eso nos afanamos mucho en ayudar a gente como nosotros a la que le ha tocado un caso de discapacidad y que, lamentablemente, ve cómo su vida ha cambiado de un día para otro. Son barreras muy grandes, pero aún así hay que seguir luchando.
Por otro lado, hay cosas que me enervan por completo. Hoy leía en el periódico que un señor falsificó una tarjeta de minusválido y llevaba años aparcando sin tener ninguna discapacidad. No me cabe en la cabeza que alguien ocupe una plaza de discapacitado sin serlo. Lamentablemente, la sociedad todavía tiene que avanzar mucho en este sentido. No te das cuenta de lo que implica una discapacidad hasta que te toca de cerca. Por ejemplo, el poder aparcar. Yo tengo una rampa eléctrica, pero hay gente que no se lo puede permitir y tiene que sacar una rampa metálica. Si encima de eso, hay alguien que te está dificultando aparcar en tu sitio… Todo ese tipo de cosas en el día a día se van sumando y, en muchos casos, sigue habiendo además muchas barreras arquitectónicas insalvables.
Una vez hice un reportaje antes de tener a Marcos (su hijo con discapacidad) sentado en silla de ruedas. No te puedes imaginar el impacto que supone para la gente sentarse en una silla de ruedas y darse cuenta de lo que es un bordillo mal terminado, unas escaleras de un edificio, o sea, de la imposibilidad de moverte en el día a día.
Como siempre digo, todos somos potencialmente discapacitados en algún momento de nuestras vidas. Mañana puede que tengas un accidente, un familiar con discapacidad, o lo que sea. Por eso hay que seguir concienciando siempre a la población.
Cuando se habla de “barreras” se suele imaginar un concepto físico. Sin embargo, hay otras igual de importantes como las sensoriales o las cognitivas. ¿Cuáles son las más difíciles de superar?
Mago More: Al final cada barrera tiene lo suyo. El otro día estuve con una chica que había tenido una vida normal hasta ahora, pero una degeneración ha hecho que poco a poco se quede invidente. Creo que al final no se trata de “lo que te toque” sino de “cómo te tomas lo que te toca”, de nuestra capacidad de adaptación. Esta chica ciega por ejemplo es feliz. ¿Qué si le gustaría seguir viendo? Claro. Yo soy amigo de Irene Villa, que no tiene dos piernas. ¿Que si le gustaría seguir teniendo dos piernas? Pues seguramente sí. Pero al final todo depende de cómo te tomas lo que te toca. Es tan sencillo, o tan complicado, como eso.
En el caso de los niños con discapacidad cognitiva, que ellos no son tan conscientes de la discapacidad, el trabajo de superación y aceptación es de los padres. Hasta que no lo aceptas, no te das cuenta de que la vida es una cuestión de adaptación.
A menudo comentas que hay dos cosas que te gusta hacer en esta vida: ayudar a la gente y hacer reír a la gente. ¿Cómo puede ayudar la risa en el día a día de una persona con discapacidad?
Mago More: Hay dos maneras de tomarte las cosas: mal o con humor. Y la risa al final es el camino más corto entre dos personas, es totalmente terapéutica. Estar enfadado no sirve absolutamente de nada. Hay películas magnificas como Intocable o La vida es bella, que van en esta línea. Los protagonistas ya saben los hechos que hay y los han aceptado. Y solo en ese momento es cuando empiezan a usar la risa en sus vidas.
Aunque en el fondo, la risa es un mecanismo de defensa y el sentido del humor también es algo que se entrena, que no sale de la noche a la mañana. Además, hay un periodo de duelo que tienes que pasar necesariamente. Hay gente que ese duelo lo pasa en un mes, gente que tarda años y gente que no es capaz de superarlo nunca.
Entonces, lo primero es la aceptación y pasar el duelo. Una vez hecho eso, ya empiezas a ver las cosas de la vida de otra manera. Todos vamos a tener que pasar por estos procesos, independientemente de si estarán relacionados con una discapacidad o no. Por eso creo que es algo que deberían enseñarnos en los colegios.
Un aspecto clave en tu faceta como conferenciante es motivar a los oyentes a perseguir sus sueños y a adaptarse a las circunstancias de la vida para alcanzar la felicidad. ¿Qué papel tiene la facultad de adaptación y resiliencia en las personas, con o sin discapacidad, para alcanzar esos sueños?
Mago More: Yo digo mucho una frase que es: “Cuando hay lo que hay, hay lo que hay”. Significa que lo importante no son los hechos, sino la capacidad de adaptarse a esos hechos. Los hechos son inmutables, no se pueden cambiar. El problema del ser humano es que quiere cambiar los hechos: llueve cuando vas a hacer una fiesta y te fastidias pensando todo el rato en si no hubiera llovido… Adáptate a hacer una fiesta con lluvia. No se puede estar todo el rato pensando en “¿Qué hubiera pasado si…?”. Esto que cuento ya lo decían los estoicos y es una manera muy inteligente de pensar: estos son los hechos, ¿los puedo cambiar? no. Pues me adapto a ellos.
La gran mayoría de los proyectos presentados a los Premios OTIS llegan de personas y organizaciones que han vivido en sus propias carnes las barreras. ¿Qué hace falta para que el resto de la sociedad se implique más?
Mago More: Tengo la solución a esto. Cuando algunos amigos me dicen “estoy hecho polvo…” o “no sé qué hacer con mi vida…” o “estoy deprimido…”, siempre les respondo que vengan a visitar un centro de parálisis cerebral, o un centro de discapacidad, o la iglesia del Padre Ángel… Porque en el momento en que cambias tu marco de referencia es cuando te das cuenta de lo afortunado que eres.
Recuerdo una actuación que hice en Bobath cuando vino una empresa a ver el centro de discapacitados. El impacto de ver un sitio así es enorme. Por eso, la solución está en que la gente visite estos lugares. Cuando cambias ese marco de referencia al que estás acostumbrado, te das cuenta de que puedes ayudar y hacer un montón de cosas por la sociedad y que, por supuesto, también te puede tocar a ti algún día recibir esa ayuda.
Y no me refiero solo a visitar centros con discapacidad, que también, sino como decía, a lugares como la iglesia del Padre Ángel o a un centro de ayuda a gente que está viviendo en la calle. La sociedad es mucho más de lo que vemos en televisión o en redes sociales, donde se pinta todo muy bonito. De vez en cuando hay que darse un baño de realidad, que no nos gusta verla.
En ocasiones has comentado que ante el miedo a hacer algo nuevo te preguntas a ti mismo: “y por qué no”. Además de esta afirmación, ¿qué le dirías a todas aquellas personas que por su discapacidad no se atreven a luchar por nuevas metas?
Mago More: La felicidad está al otro lado del miedo. Cuando algo te da pánico, hazlo. Después de hacerlo te darás cuenta de que no es tan complicado como parece.
También les diría que se fijen en alguien como modelo, en gente que ya ha hecho ese algo, porque eso inspira mucho. En general, los humanos somos muy envidiosos y nos fijamos en lo que tiene este o aquel. Sobre esto, yo siempre digo que hay que tener envidia sana. Por ejemplo, si tienes mucha admiración por alguien como Rafa Nadal te tienes que preguntar a ti mismo “¿Cómo haría esto Nadal? ¿Entrenaría? Sí”. Y entonces te pondrás a entrenar. Es decir, necesitamos modelos mentales que nos inspiren.
Hay mucha gente con discapacidad que está haciendo cosas extraordinarias. Yo los sigo en Instagram porque me inspiran, aunque yo no sea discapacitado. Así que si lo fuera, les seguiría igualmente para decirme a mí mismo “si ellos lo han hecho, yo también puedo”.
Se trata de tener referentes en el sentido de querer ser como esas personas.
Un mensaje para toda persona u organización que esté pensando en presentar su candidatura a los Premios OTIS ‘Por un mundo sin barreras’ este año.
Mago More: Les diría que no se lo piensen dos veces, que se presenten para dar visibilidad a su proyecto. Independientemente de si ganan o no ganan, el mero hecho de presentar la candidatura a los Premios OTIS ‘Por un mundo sin barreras’ es muy positivo.