Desde el inicio de la crisis sanitaria del coronavirus, pero también humanitaria, tanto el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) como las asociaciones representantes de personas mayores UDP (Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España) y CEOMA (Confederación Española de Organizaciones de Mayores), pero también, y en especial, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, alertaron, cargadas de razones, de la discriminación a las que estas personas estaban siendo sometidas, con la habitual indiferencia y el trato injusto, que además, se ha evidenciado que era estructural.
Ahora que empezamos a escuchar medidas de descalamiento, en el que los niños han sido los primeros en beneficiarse, la preocupación vuelve a pesar sobre las personas mayores o con alguna discapacidad, que pueden ver prolongando el confinamiento.
Conviene destacar que las personas mayores y o con discapacidad, tienen los mismos derechos que el resto de la población, y estos deben ser igualmente protegidos durante y después de la pandemia.
Esa normalidad que algunos añoran y no apreciaban podría servirnos para recapacitar si queremos volver a la indiferencia o al egoismo de no entender que todos somos ciudadanos de primera. Por ello, espero que las medidas que se tomen desde el Gobierno como respuesta al COVID-19 no socaven la autonomía, la dignidad y la igualdad de estas personas que se han comportado, una vez más, con enorme responsabilidad.
Una lucha en soledad
Durante esta cuarentena, estas mismas personas, han tenido que entregar su propia vida, sacrificar sus necesidades y posponer algunos de sus proyectos de vida, renunciar al cariño de sus familiares y convivir con una soledad que nunca desearon.
Lamentando todos los fallecimientos y aunque la situación esté mejorando, debemos seguir en casa, interprentándolo como una oportunidad para estar seguros que no quietos. Con las mismas garantías y apoyos, pero sin discriminaciones que penalicen con mayor saña a personas que apriori, parecieran más frágiles y que nos han vuelto a dar una gran lección de civismo y solidaridad intergeneracional.