Hace tan solo unos meses Benjamín era un chico sano, hasta que el pasado mes de octubre enfermó y se le detectó un tumor cerebral. Estuvo luchando entre la vida y la muerte durante meses en el Hospital Materno Infantil de Málaga.
Consiguió salir con vida de ello, le ganó su batalla particular al cáncer. Las secuelas del sangrado provocado durante esta lucha le hicieron tener que valerse de una silla de ruedas para poder caminar, nada que un guerrero como este joven no pueda superar.
Benjamín, demostró de nuevo su fuerza y valentía comunicando a su madre que quería volver al colegio y encontró el apoyo del logopeda y de los encargados de su rehabilitación. Su madre encontró ayuda en AVOI, una entidad de Marbella que trata a personas con cáncer, y que no paró hasta que vio a Benjamín bajar las escaleras y salir del portal para ir al colegio.
Es aquí cuando aparecen las figuras de los bomberos y deportistas de un gimnasio cercano a su domicilio, donde vive con su hermana y su madre. Este grupo de “ángeles” como denomina Natalia Barrionuevo, madre del pequeño, le ayudan a llevar una vida normal.
Este grupo de bomberos de Marbella son las piernas del menor para subir y bajar a casa. Todos los días, por la mañana temprano, una pareja de bomberos agarra la silla de Benjamín y la baja por las escaleras hasta la calle, para que pueda asistir a clase con normalidad. Cuando acaba el colegio, vuelven a recogerlo y lo suben a su domicilio.
Uno de los bomberos que ayuda al pequeño contó la situación en el gimnasio donde entrena situado a escasos metros de la casa del niño. Esto provocó que los dueños del local, Miguel y Daniel, se ofrecieran a subir y bajar a Benjamín cuando lo necesitase. Una promesa que cumplen cada tarde para que vaya al parque o a pasear a su perra.
Benjamín se recupera progresivamente, aunque muy despacio, aunque la mejor noticia es que su tumor está estabilizado, algo que le hace inmensamente feliz: “Cuando viene del colegio me cuenta lo que ha hecho con los amigos, lo que ha pasado en el patio o cómo le ha ido”, explica su madre a ABC, quien quiso agradecer la gran y desinteresada ayuda que realizan estas personas a su hijo, eliminando esa barrera de cuatro pisos que les separa del mundo exterior.