La inclusión de las personas con discapacidad es un elemento muy importante en nuestra sociedad. Así lo afirma Lola Arias Ramiro, escritora y divulgadora sobre discapacidad intelectual, que se ha convertido en toda una experta en este tema debido a que es madre de un hijo con síndrome de Down, que tiene 11 años.
Eso le llevo a ampliar sus conocimientos sobre este colectivo para ofrecer una mirada personal, formada y experimentada que ha materializado en sus libros ‘No te quedarás atrás’ y ‘La decisión de Gabriel’, y a través del podcast ‘No te quedarás atrás’. Lola Arias aspira a ser un referente nacional y potenciar la visibilidad del tercer sector, de las personas con discapacidad y de sus familias.
Entrevista a Lola Arias Ramiro
A continuación ofrecemos la entrevista realiza por el equipo de Todo Disca a Lola Arias Ramiro:
¿Qué le llevó a escribir un libro en la que la discapacidad es protagonista?
Mi primer libro refleja las vivencias personales, como mujer y madre durante los meses del confinamiento. Asumí la tarea de organizar la educación de mis tres hijos para que continúen su desarrollo a pesar del aislamiento. Mi objetivo fue que continuaran su desarrollo y, sobre todo, evitar que mi hijo mayor, con síndrome de Down, tuviera un retroceso cognitivo.
Durante muchos meses nos quedamos sin el apoyo del colegio y de los apoyos externos. Y no siempre fue fácil.
¿Por qué eligió el título ‘No quedarse atrás?
“No te quedarás atrás” es mi grito de guerra y mi lema cada vez que miro a mi hijo. Durante la pandemia todos sufrimos una situación muy complicada. Mi objetivo principal era que mi hijo no se quedara atrás a nivel académico, emocional y social. Por entonces, todos vivíamos en un mundo hostil y el desafío era llenar de riqueza el pequeño universo que era nuestro hogar.
Ahora, superada la pandemia, mi lema “No te quedarás atrás” se ha convertido en mi marca y en una Asociación que tiene la misión de divulgar la labor del tercer sector, de las personas con discapacidad y de sus familias. Así como la de ofrecer proyectos literarios significativos para el colectivo.
¿Qué es para usted la inclusión?
La inclusión para mí es no tener que ir con pies de plomo siempre que quieres apuntar a tu hijo a una actividad en tu entorno más cercano. La inclusión es saber que cualquier colegio de tu comunidad va a ser válido para tu hijo. La inclusión es ir al supermercado, al banco, al cine o al restaurante, y encontrarte chicos y chicas haciendo lo mismo que tú. Es decir, vivir en una sociedad donde la diversidad fuese lo normal y no lo chocante. Para ello, hace falta mucha educación, recursos y visibilidad.
¿Qué piensa sobre la inclusión de las personas con discapacidad en nuestra sociedad? ¿En qué se puede mejorar?
La inclusión se empieza en la familia y se continua en el colegio. Si convivimos con la diferencia desde pequeños, entonces, cuando somos adultos no nos chocará ver personas que tienen síndrome de Down, el espectro autista o que están en una silla de ruedas o que son sordas.
Por el simple hecho de que haber convivido durante años con ellas, seríamos capaces de contratarlas para nuestras empresas, de hacer planes de ocio o simplemente de dirigirnos a ellas sin cuestionamientos.
¿Cuáles son sus valores a la hora de educar a su hijo con síndrome de Down?
Los que tu tengas como persona. Que tu hijo tenga una discapacidad intelectual no cambia nada. Quizá lo que marca la diferencia es que tu hijo te obliga a reconocer que no eras tan buena persona como te pensabas. Conceptos como solidaridad, generosidad, empatía y esfuerzo cobran mucha más fuerza en la crianza y educación de tus hijos.
¿Cree que las personas con discapacidad son discriminadas?
Lamentablemente es así. Sólo hay que mirar los datos de desempleo de las personas con discapacidad. La tasa de desempleo es del 21% y Plena Inclusión ha indicado que, en 2023, solo 1 de cada 10 jóvenes con discapacidad tiene trabajo.
Tener un trabajo es fundamental para que las personas con discapacidad tengan una vida independiente, plena y adulta. De otra forma, siempre van a depender de sus familias o de los centros asistenciales.
Además, se les discrimina en otros muchos ámbitos (ocio, educación, vivienda…). Sin duda, estos últimos 10 años se ha avanzado muchísimo pero sigue habiendo muchos obstáculos. Queda mucha pedagogía por hacer aún.