Para saber qué es la Ley de Dependencia es necesario remontarse a su origen, que en España data de 2006, así como las prestaciones de la Ley de Dependencia. Es decir, la Ley fue presentada en marzo de 2006 y aprobada en Consejo de Ministros en abril, para ser finalmente aprobada en el Congreso de los Diputados en noviembre del mismo año.
La Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia tiene por «objeto regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el ejercicio del derecho subjetivo de ciudadanía a la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, en los términos establecidos en las leyes, mediante la creación de un Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, con la colaboración y participación de todas las Administraciones Públicas y la garantía por la Administración General del Estado de un contenido mínimo común de derechos para todos los ciudadanos en cualquier parte del territorio del Estado español».
Esta Ley nació para garantizar la atención de las personas que necesitan cuidados. Esto quiere decir que está dirigida para las personas que son dependientes de forma permanente. A partir de la citada ley surgió el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), que es gestionado por el IMSERSO, entendiéndose como un conjunto de servicios y prestaciones económicas dirigidos a atender y proteger a las personas sobre las que se debe aplicar la normativa.
¿Límites de edad para solicitar las ayudas?
Si hablamos de cual es el límite de edad para solicitar las ayudas, debemos de tener en cuenta que no existe como tal. Es decir, las personas beneficiarias de la prestación de la ley de la dependencia son aquellas que necesitan ayuda de otra. Sea cual sea la edad, las personas pueden solicitar la ayuda de la Ley de Dependencia.
Eso sí, debemos de tener en cuenta el grado de discapacidad que tenga cada persona. Y es que, la situación de dependencia se clasificará en los siguientes grados:
- Dependencia moderada (Grado I): cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal.
- Dependencia severa (Grado II): cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal.
- Gran dependencia (Grado III): cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal.
Aunque la Ley de Dependencia, recogida en el BOE, donde se le da la importancia a la SAAD, de su gestión se encargan las comunidades autónomas. Es decir, es cada CCAA el organismo que tramita la ayuda, reconoce la situación de dependencia de las personas y aporta las prestaciones económicas y/o de servicios.
¿Cuáles son los requisitos para recibir la ayuda de la Ley de la Dependencia?
Si hablamos de la Ley de Dependencia, la persona que quiera recibir las ayudas deberá de cumplir una serie de requisitos:
- Tener nacionalidad española.
- Residir en territorio español, al menos, durante cinco años; dos de ellos deben ser inmediatamente anteriores a la fecha de presentación de la solicitud.
- Encontrarse en situación de dependencia, habiendo obtenido la declaración y el grado correspondiente (según los que establece esta ley).
- Estar empadronado en la comunidad autónoma donde se solicita.
Eso sí, debemos de tener en cuenta que será cada gobierno autonómico el que pueda añadir o modificar estos requisitos.