En la actualidad la crisis del COVID-19 ha derivado en tres grandes crisis la sociosanitaria, la política y la económica. Para reducir los impactos de esta última muchas empresas han tenido que implementar, en sus diferentes modalidades, lo que hasta hace poco era opcional, y para muchos inimaginable, el teletrabajo.
Esta forma de trabajar, con frecuencia, especialmente en aquellas personas movilidad reducida, es la única vía de inclusión laboral de las personas con discapacidad. Como colectivo tenemos experiencia acumulada en este campo, somos expertos.
Esta pandemia ha demostrado que la productividad no depende de los lugares sino del talento y las habilidades de cada trabajador, tenga o no una discapacidad.
Una forma clara de reducir el impacto económico de la crisis es facilitar la inclusión laboral de las personas con discapacidad, y esto es posible, gracias en parte a las tecnologías. De esta forma un gran porcentaje de ellas pasaría a formar parte de la población activa y tributaría.
Sin embargo, según el V informe elaborado por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo (Odismet) y publicado el 29/04/2020 “Sólo el 25,8% de las personas con discapacidad en edad laboral trabaja en España, frente al 65,9% de personas en dicha franja sin discapacidad”. Además, la brecha salarial promedio es cercana al 20% según los datos de esta misma fuente.
Quizás, esta pandemia acelere un cambio de paradigma cuya necesidad es imperante. Además, las empresas también resultarían beneficiadas no sólo por las bonificaciones fiscales que supone la contratación de personas con discapacidad, sino por una cuestión mucho más relevante: la incorporación de talento. Las empresas con plantillas diversas son más competentes, tienen mayor capacidad de adaptación y en general, ofrecen soluciones más efectivas a sus clientes, según diferentes estudios.
Pero, la incorporación al mundo laboral de este colectivo no sólo beneficia a las empresas y a la sociedad sino también a nivel individual. Como psicóloga y como persona con discapacidad me gustaría señalar algunos de los beneficios psicosociales del empleo para todas las personas.
Beneficios psicosociales
- Permite establecer rutinas, algo esencial para el bienestar emocional de los seres humanos.
- Incrementa nuestra percepción de autoeficacia, es decir, la sensación de que ante un reto o dificultad seremos capaces de solventarlo
- Desarrolla nuestra sensación de pertenencia a un grupo. La sensación de pertenencia vital para las personas: todos necesitamos sentirnos parte de algo.
- Facilita la socialización. Gran parte de nuestros amigos empezaron siendo compañeros de trabajo ¿verdad? Este punto es especialmente relevante para las personas con discapacidad, ya que muchas de nosotras estamos por las diversas barreras sociales y psicológicas expuestas al aislamiento y la exclusión.
- Permite la posibilidad de ser económicamente independiente, paso obligado para poder desarrollar un proyecto de vida fuera del hogar familiar.
- Además, si tienes la suerte de que tu trabajo sea tu pasión quizás encuentres en el uno de tus propósitos vitales.
Por si esto fuera poco la inclusión laboral es una de las armas más potentes contra los estereotipos.
La realidad es que somos expertos en el teletrabajo, ojalá cada vez más empresas aprovechen nuestro talento y experiencia. ¡Todos saldremos ganando!
[su_box title=»Claudia Tecglen» box_color=»#dfdfdf» title_color=»#3e3e3e»]
Psicóloga y presidenta de Convives con Espasticidad
- www.claudiatecglen.com
- www.convives.net
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