La talidomida es un medicamento que ha tenido una historia llena de controversia. En los años 60, fue prescrito por los médicos para aliviar las náuseas en mujeres embarazadas, pero pronto se descubrió que causaba graves malformaciones en los bebés, como la carencia de extremidades. A pesar de esto, la talidomida ha sido retomada en los últimos años debido a su efecto inmunomodulador, antiinflamatorio y antineoplásico en enfermedades autoinmunes.
Actualmente, su uso está autorizado en la Unión Europea solo para el tratamiento de mieloma múltiple en pacientes mayores de 65 años o aquellos que no son candidatos a recibir quimioterapia de alto riesgo. A partir del 2 de febrero, la talidomida volverá a estar disponible en España, pero se dispensará solo en farmacias hospitalarias.
Es importante que los pacientes que vayan a seguir este tratamiento tengan un estricto plan de prevención de embarazos para evitar nuevos daños similares a los ocurridos en el pasado.
Tanto las mujeres como los hombres deben usar métodos anticonceptivos eficaces antes, durante y después del tratamiento, y someterse a pruebas regulares de embarazo. Los hombres deben usar preservativos durante y después del tratamiento para prevenir la posibilidad de malformaciones en los bebés.